La Plataforma Sindical de la EMT fija por su cuenta unos servicios mínimos

El sindicato mayoritario de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) rebajó ayer su posición de fuerza en la huelga que ha dejado a Madrid sin autobuses públicos durante tres días. La Plataforma Sindical, que representa al 85% de los trabajadores, ha fijado, unos servicios mínimos por su cuenta, al margen de los establecidos por la Administración y no respetados. Los responsables políticos no aceptan esta solución, "porque los autobuses no son propiedad de los trabajadores", y han empezado a negociar con la patronal otra alternativa para asegurar, desde el lunes, autocares en la periferia, aunque sean privados.

Los representantes de la Plataforma Sindical cambiaron ayer de estrategia en el conflicto de la EMT que empezó el lunes y que estaba legalizado hasta el 29 de febrero. La Plataforma se negó desde el principio, y no sólo para estos paros, a respetar los servicios mínimos del Consorcio Regional de Transportes.Este organismo público, donde, además del Estado, la Comunidad y el Ayuntamiento, están la patronal, los sindicatos y las organizaciones de usuarios, preparó para cubrir la huelga unos servicios mínimos del 16% de la flota de los 1.800 autobuses municipales. Este porcentaje suponía el funcionamiento -en las calles y para los barrios periféricos a los que no llega el metro de 257 autocares.

Pablo Rodríguez Peña, líder de la Plataforma, sorprendió ayer con un anuncio que ablanda sus posiciones contra estos servicios, que continúa calificando como "abusivos". La Plataforma propone un sistema que reconoce "peculiar" y por el que entre las seis y las nueve de la mañana saldrían a la calle "todos los autobuses que sean necesarios para sacar a los trabajadores de los barrios periféricos y acercarlos al metro más próximo".

Además habría servicio para los hospitales y la Universidad de Somosaguas. Esta propuesta fue aceptada por los 2.500 trabajadores que asistieron en la tarde de ayer a la asamblea que se celebró en las cocheras de la Elipa, informa Lucía Enguita.

Pero los responsables del Consorcio de Transportes rechazaron esta salida al bloqueo total de los autobuses en las cocheras. Julián Revenga, consejero de Transportes y presidente del Consorcio, señaló: "Los autocares no son de los trabajadores, son de los madrileños, que nos han elegido para que los dirijamos". Pese a todo, los trabajadores iban a acudir esta madrugada a las cocheras con la intención de poner en marcha los autobuses.

El Consorcio estudiará antes del sábado, con las dos patronales del sector con implantación en Madrid (Asintra y Fendebús), un sistema de servicios para la periferia que sólo precisaría de unos 110 autobuses privados y que podrá funcionar desde el lunes. Estos autocares podrán realizar paradas durante su trayecto para incorporar viajeros y evitarán líneas coincidentes con las cercanías.

La mayoría de los abonos vigentes para la EMT serán válidos, y el precio del billete sencillo se fijará en 49 pesetas.

El Consorcio consideró ayer inoportuno discutir sobre la privatización de la EMT. Esta oferta fue lanzada al Ayuntamiento desde una patronal, Asintra, hace 15 días. La otra patronal, Fendebús, se molestó.

El Consorcio ratificó el nombramiento del nuevo presidente de Metro, Ramón López-Mancisidor, y discutió a continuación sobre el conflicto planteado en esta compañía la semana que viene, entre el día 11 y el 15. Revenga teme que la negociación del convenio, punto clave de las reivindicaciones, se tope con la falta de unidad en el comité de empresa, compuesto por 32 miembros (CC 00: 9, UGT: 6, Sindicato de Conductores: 7, Sindicato Libre: 4, USO: 3, y Solidaridad Obrera: 4). Un portavoz de CC OO se mostró pesimista.