Cuba se aísla aun más y dicta dos nuevas sentencias de muerte
MAURICIO VICENT El Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana condenó ayer a muerte a los dos principales implicados en el asesinato de tres policías cubanos, en un maratónico juicio que duró dos días y estuvo rodeado de fuertes medidas de seguridad. Nada falló. Como se esperaba, la justicia cubana fue inflexible y aceptó la mayoría de las peticiones del fiscal José Luis Toledo Santander, quien también actuó como tal en el iuicio contra el ya fusilado Eduardo Díaz Rentancourt.
Con estas dos sentencias, ya son cinco las penas máximas dictadas por este tribunal en lo que va de año. Dos de ellas fueron conmutadas después de fuertes presiones de la comunidad internacional, que no impidieron la ejecución de Díaz Betancourt el pasado 20 de enero.Los condenados ayer a morir en el paredón son Luis Miguel Almeida Pérez, de 24 años, y René Salmerón Mendoza, de 22, quienes reconocieron ante el tribunal haber acribillado a balazos a cuatro policías, de los cuales tres murieron y uno se halla en estado de extrema gravedad.
El ataque tuvo lugar el pasado 8 de enero, cuando los dos acusados penetraron en una base naval, situada en las afueras de La Habana, junto a un grupo de tres hombres y dos mujeres, y, al ver frustrado su intento de secuestrar un barco para huir a Estados Unidos, asesinaron a los agentes. La sentencia del tribunal establece que los acusados "dieron muestras de un total desprecio por la vida humana".
Ahora el caso de Almeida y Salmerón pasará automáticamente al Tribunal Supremo Popular, que procede de oficio a la apelación de todas las condenas a muerte. El Tribunal Supremo deberá decidir en el plazo de unos días si las conmuta o ratifica. Si se pronuncia por la confirmación de las sentencias, será el Consejo de Estado, que preside Fidel Castro, quien decida finalmente.
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124 años de cárcel para los otros siete cubanos
Viene de la primera páginaAdemás de las dos penas capitales, el Tribunal Provincial de La Habana condenó a un total de 124 años de privación de libertad a los otros siete cubanos implicados en el triple asesinato. Estos son Elías Pérez Bocourt, de 22 años, condenado a 30 años por el delito de piratería, y a 20 años por complicidad en el triple asesinato, y Erick Salmerón, de 19 y hermano de uno de los condenados a muerte, sobre quien recayeron 25 años por piratería y 15 por complicidad. Al no contemplar la legislación cubana sanciones mayores de 30 años' la condena de Bocourt se quedará en 30 años y la de Salmerón en 25.
También por piratería fueron juzgados Pedro de la Rosa Guerra, de 47 años; Esperanza Atienzo, de 37, y Mideglis Ponce Casanova, de 20, quienes fueron condenados a 25 años de cárcel el primero y a 15 años las dos mujeres. Además, y pese a que no tuvieron participación directa en e la base naval de Tarará, en el mismo juicio fueron sentenciados a 10 y cuatro años, respectivamente, María Mendoza Marrero, por "coordinar la actividad delictiva y ser cómplice de los hechos de piratería", y Enrique de la Rosa Guerra, por "otros actos contra la seguridad del Estado".
El tribunal dictó una sanción accesoria contra Erick Salmerón y Elías Pérez, quienes deberán pagar una pensión alimenticia de 15 pesos mensuales cada uno a los tres hijos de Rafael Guevara Borges, uno de los soldados asesinados.
Toledo Santander dijo en su alegato final que no había solicitado la pena de muerte para Bocourt porque, según las pruebas psiquiátricas, "presenta retraso mental ligero". Y en el caso de Salmerón "porque las leyes cubanas establecen para la aplicación de la pena capital una edad mínima de 20 años, y el inculpado tiene 19".
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