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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fandango para Madrid

Inauguración de Madrid Cultural

Orquesta y Coro Nacionales.

Director: Víctor Pablo. Solistas: Víctor Martín, violinista, y María Orán, soprano. Obras de C. Halffter. J. L. Turina y Mahler. Auditorio Nacional, Madrid. 21 de enero.

La coincidencia de dos estrenos españoles importantes como eran el Preludio Madrid 92 de Cristóbal Halffter y la ópera de Robert Gerhard La dueña en la Zarzuela, me obligo a conocer la primera partitura en el ensayo general. En el primer caso se trataba de la inauguración oficial del Madrid Capital de la Cultura y al acto asistió la Reina.El programa, encomendado a la Orquesta y Coro Nacionales, dirigidos por Víctor Pablo, incluía junto a la Cuarta sinfonía de Mahler, con la colaboración siempre valiosa de la soprano María Orán, el Concierto para violín de Turina y el estreno de Halffter. El concierto, ya comentado aquí, confirma el dominio de escritura y la seguridad, de pensamiento de su autor, pues Turina, todavía joven, escribe una música de máxima depuración conceptual y estilística. El concierto es una gran página que Víctor Martín toca con calidad y a la que añade alguna cuota de su temperamento efusivo.

El estreno tenía carácter emblemático pues el consorcio de Madrid Capital de la Cultura había solicitado de Halffter, madrileño como Turina, un preludio que desde su mismo título airease el signo de Madrid 92. Después de una experiencia anterior de Halffter, de tanto éxito como El tiento y La batalla imperial, sobre Cabezón y Cabanilles, en esta ocasión ha abordado el tema del fandango.

Un aire propio

Ya tienen los directores otra estupenda obra de Cristóbal para ese repertorio de música sobre músicas, hoy tan en boga y que amenaza con convertirse en un peligro para el normal desarrollo de la evolución musical. Cristóbal Halffter ha acudido al fandango, no de Soler ni de Bocherini, como suele decirse, pues estos y otros compositores hicieron sus versiones sobre un aire dado, de gran circulación en Europa, y utilizando una serie de desinencias y la típica forma análoga a la del passacaglia.

Ninguna de nuestras músicas populares nos representó durante tanto tiempo mejor que el fandango. El propio Cristóbal Halffter ya lo trató en una visión, muy refinada, para conjunto de violonchelos.

Lo de ahora es muy distinto. Se trata de una interpretación espectacular, con gran orquesta y coro, que se inicia con el grito de tres palabras en verdad ininteligibles: paz, justicia, libertad. Luego las voces intervienen a modo instrumental piara otorgar al todo una dimensión viva y humana. Todas las variantes que el esquema del fandango permite, que son muchas dentro de una continuidad casi férrea, aparecen en este singular fandango, esa forma a la vez popularísima y culta y, también a la vez, puramente musical y puramente de danza. El éxito fije rotundo.

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