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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

EL PAÍS y el Sáhara

Hemos venido observando, no sin cierta sorpresa, puesto que se trata de un diario prestigioso, que EL PAÍS se ha volcado últimamente en una línea informativa sobre el Sáhara Occidental que nada tiene que ver con los principios de objetividad, imparcialidad e independencia con los que siempre se ha identificado. Hemos hecho ya referencia a esto en una réplica enviada al diario con fecha del 6-12-91 y publicada el 24-12-91, en respuesta a un editorial del día 4-12-91 titulado La absurda política sobre el Sáhara en el que el editorialista hace una interpretación muy personal de las disposiciones del plan de paz de la ONU. Lamentablemente, nos vemos obligados de nuevo hoy a salir al paso de otro editorial, no menos parcial ni subjetivo, con fecha del 7-192, titulado La prueba saharaui. En este editorial, EL PAÍS procede a asentar sus conclusiones sobre la pretendida obstaculización por parte de Marruecos del proceso de paz en el Sáhara Occidental sobre las declaraciones de una personalidad completamente ajena tanto a este proceso como al problema del Sáhara Occidental.Nos referimos a las declaraciones hechas el martes 17-12-91 por el señor Klaus Yacobi, secretario de Estado suizo para Asuntos Exteriores, en las que, comentando la. dimisión del señor Johannes Manz, representante especial de la ONU para el Sáhara Occidental, afirmó, según la versión de EL PAÍS, que el proceso de paz ha fracasado por los obstáculos interpuestos por Marruecos. Esta versión ha sido mantenida tanto en el editorial del día 7-1-92 como en las informaciones firmadas por la señorita Ana Camacho del 19 y 20 de diciembre de 1991.

Sin embargo, aparte de insistir en el procedimiento utilizado por EL PAÍS recurriendo a las declaraciones realizadas por una personalidad que no ostenta ninguna autoridad ni en el proceso de paz ni en el conflicto del Sáhara Occidental (hay que recordar que el contingente suizo de la Minurso está exclusivamente bajo la bandera y autoridad de la ONU) y teniendo como único objetivo el crear, de la manera que sea, una opinión contraria a Marruecos y a su postura ante el plan de la ONU a falta de razones sólidas y creíbles, no dejamos de manifestar nuestra sorpresa por la manipulación de la que han sido objeto las declaraciones del señor Yacobi, tanto en las informaciones como en el editorial, con el propósito de conseguir el objetivo arriba mencionado. Según la noticia número 191808 de la agencia France Presse, fechada en Berna el 19-12-91, el señor Yacobi designó a Argelia y Marruecos como responsables de las dificultades actuales en el proceso de paz. Sin embargo, en la versión de su diario se ha omitido a Argelia aun que en la declaración del señor Yacobi ésta, se encontraba en primer lugar. Pero la alteración de la verdad periodística llega a su punto más grave en el hecho de haber omitido completamente en el editorial la respuesta que dio el día 19-12-91 a estas declaraciones el señor Johannes Manz, ex representante especial de la ONU para el Sáhara Occidental. El señor Manz, tras reafirmar su confianza en el plan de paz, estimó que no es posible designar una de las partes como responsable y que Marruecos no tiene nada que ganar con el fracaso de esta misión, y recordó además que fue Marruecos el que solicitó la organización del referéndum. Es cierto que en la información de EL PAÍS del 20-12-91 se hizo una referencia marginal a esta declaración, pero sin escapar tampoco, como las declaraciones del señor Yacobi, al procedimiento del tijerazo para dar una visión alterada y limitada de la verdad, conservando únicamente la parte en la que reafirma su confianza en el plan de paz y suprimiendo todo lo demás.

Lo más grave es que la aplicación de este procedimiento no se lleva a cabo sólo en las declara ciones e informaciones genera les, sino que también se aplica en las decisiones jurídicas interna cionales, como pueden ser las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, introduciendo en ellas tergiversaciones y manipulaciones.

En nuestra réplica publicada el 24-12-91 dejamos claro que la resolución número 690 aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU es completamente contraria a las afirmaciones contenidas en su editorial de fecha del 4-12-9 1. Sin embargo, cuál ha sido nuestra sorpresa al ver repetirse este fenómeno en el editorial del 7-1-92, donde se afirma que el informe del secretario general de la ONU, en el que se introducen nuevos criterios de identificación aparte del censo español de 1974, no ha sido aprobado por el Consejo de Seguridad.

Permítame recordarle que en su sesión del 31-12-91 el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 725, en cuya parte dispositiva, considerada como corazón de cualquier resolución, y que además es un conjunto infragmentable, se dice, tras el preámbulo refiriéndose al Consejo de Seguridad: "1. Aprueba los esfuerzos desplegados por el secretario general con vistas a la organización y control, por parte de la Organización de las Naciones Unidas, en cooperación con la Organización de la Unidad Africana, de un referéndum de autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental, y acoge, pues, con satisfacción el informe del secretario general sobre la situación en lo que concierne al Sáhara Occidental (S/23299)".

No está de más recordar el itinerario que ha seguido este informe en su diario. El 24-12-91 se afirma que este informe ha sido rechazado en una noticia firmada por la señorita Ana Camacho, mientras que su votación era aplazada. El 2-1-92 se opta por ignorar completamente el hecho de la aprobación, evitando hacer ninguna referencia a él en la crónica correspondiente y dando todo el relieve a la invitación dirigida al final de esta resolución al secretario general para que presente un nuevo informe al cabo de dos meses, mientras que sabemos sobradamente que éste es un procedimiento de rutina solicitado por el Consejo para asegurar el seguimiento de la ejecución de sus resoluciones. Finalmente, el 7-1-92 el editorial afirma que el informe S/23299 no ha sido aprobado.- embajador del Reino de Marruecos.

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