Un lujo para 800 espectadores

El teatro La Fenice conserva todo el sabor rococó de comienzos del pasado siglo, y el aforo original, de sólo 800 localidades , con el que fue reconstruido en 1837, después de que la sala original, inaugurada el 16 de mayo de 1792, fuera pasto de un incendio. Más que en ningún otro teatro, incluido el del festival de Glyndebourne, se tiene aquí la sensación de que te están cantando al oído.Por tradición y por prestigio, el teatro La Fenice suele lograr de los cantantes un trabajo prolongado Y sostenido de ensayos que, por lo general, excluye la posibilidad de intercalar otros empeños. Esas son las condiciones que hacen de él un foro excepcional en el mundo de la lírica y un teatro favorito de los compositores de todos los tiempos, desde Paisiello y Rossini hasta Britten, pasando por Verdi y Donizetti.

Para conmemorar estos 200 años de brillante vida operistica, el teatro La Fenice ha propuesto algunas de las óperas que fueron presentadas por primera vez al mundo en su escenario, como es el caso del Rigoletto representado el pasado viernes por la noche, o que adquirieron notoriedad en este coso.

A éste le seguirá una Lucía de Lammermoor en marzo, con Marlella Devia y Denis O'Neill como principales intérpretes. La vuelta de la tuerca, en abril, dirigida por su autor, Benjamín Britten. Turandot, bajo la dirección escénica de Jean Pierre Ponelle y con Ghena Dimitrova y Kristian Johansson en los principales papeles, en junio. Semiramis, con Mariella Devia, Marilyn Horne y Luca Canonici, en noviembre, y La Traviala, con Gruberova, Schicoff y Zancanaro, en diciembre. Completan el programa La italiana en Argel, Wozzek y, en febrero, coincidiendo con el carnaval vene ciano, un Porgy and Bess para el que se han traído 100 coristas de raza negra desde Estados Unidos. Alfredo Kraus dará un recital en marzo y Pina Bausch representará el ballet Vikior en mayo.