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Los aficionados protestan por la desaparición de las funciones populares de ópera

Colas de más de 600 personas en el teatro de la Zarzuela para comprar una entrada

Más de 600 personas hacían ayer cola desde las siete de la mañana en los aledaños del teatro de la Zarzuela de Madrid a la espera de que, cinco horas después, saliesen a la venta algo más de 7.000 entradas para la primera parte de la temporada de ópera. Entretanto, un pequeño grupo de jóvenes aficionados recogía desde el domingo más de 700 firmas contra la política del Ministerio de Cultura, que ha decidido suprimir esta temporada las llamadas funciones populares, unas sesiones cuyas entradas costaban la mitad de precio y en las que salía a la venta la totalidad del aforo.

Hasta la pasada temporada, de las cinco representaciones de cada ópera, el teatro de la Zarzuela sacaba a la venta para dos de ellas la totalidad de las 1.200 plazas de buena visibilidad de su aforo a la mitad de precio. El resto de las funciones se vendían mediante abonos para toda la temporada y a través de las escasas plazas so brantes que no habían sido cubiertas. Este sistema constituía una tradición en Madrid, según recuerdan los aficionados de más de 60 años que ayer hacían cola.Para los responsables del teatro, este sistema de funciones populares era único en Europa y no podía perpetuarse, ya que, según Ángel Barreda, "la ópera es un espectáculo muy deficitario, y si hay mucha demanda se suben los precios: es la ley de la oferta y la demanda". Una decisión que más de 700 firmas han contestado. Teresa Sánchez y Javier Jiménez Berrocal, de 46 y 50 años, respectivamente, aducían que "una ley de oferta y demanda no parece muy propia de un Gobierno socialista".

El teatro de la Zarzuela ha mantenido las representaciones populares para una de las cuatro óperas de esta primera parte de la temporada: El barbero de Sevilla, que contará en abril con la participación de Plácido Domingo. Las entradas cuestan, al igual que para el resto de las tres obras, entre 9.000 y 1.500 pesetas, y en las tres funciones populares que se representarán se rebajan a la mitad.

Sin embargo, en ellas no intervendrá el primer reparto de grandes figuras, lino un segundo compuesto por jóvenes intérpretes españoles, "lo cual no significa que sean de peor calidad", aduce Ángel Barreda.

Según un portavoz del Instituto de Artes Escénicas y de la Música (Inaem), el hecho de que el 80% del aforo para cada ópera se haya vendido esta temporada mediante abonos es una manera de facilitar el acceso a la ópera a un mayor número de personas. Mientras que el año pasado se vendieron 580 abonos, además de los 2.000 reservados para la Asociación de Amigos de la ópera -que esta temporada se ha reducido a 1.000-, para este año se han sorteado más de 3.800 abonos ante notario. Éstos cuestan entre 10.500 pesetas para las plazas de los laterales del segundo piso y 63.000 pesetas en platea.

De esta manera, sólo saldrán a la venta 1.000 entradas sobran tes por cada una de las cuatro obras que se representarán hasta abril.

Al cierre de la taquilla, a las 18 horas, se habían vendido entradas a unas 150 personas y quedaban aún para todas las funciones. Para Carmen y para El barbero... quedaban de las más caras y de las más baratas.

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