Bush se recupera y firma un amplio acuerdo de cooperación con Japón
George Bush, que ayer calificó como "un éxito" los resultados de su estancia en Japón, suspendió un desayuno con empresarios y un almuerzo para recobrar fuerzas, y reanudó después el programa oficial de su último día en el país del sol naciente. El presidente norteamericano suscribió con el primer ministro nipón, Kiiyi Miyazawa, la Declaración de Tokio, un amplio programa de acción política que prevé una cooperación creciente en numerosos sectores, como el control de armamentos, la seguridad en la cuenca del Pacífico y el desarrollo y compatibilidad de los sistemas de defensa de ambos países.
La esposa de Bush, Barbara, comentó por la mañana a un niño japonés que un chiste de su marido, postrado sin aliento a los pies del primer ministro Miyazawa, la convenció de que la gastroenteritis era leve. "¿Por qué no me traéis una escoba y yo barro el suelo mientras termináis de cenar?", decía el jefe de la Casa Blanca al gobernante japonés.Ayer, Bush concluyó su jornada con una cena en el palacio de los emperadores. Los postres fueron servidos con antelación para no alargar la velada de un invitado necesitado de reposo. El presidente, con una permanente sonrisa en todas sus intervenciones públicas tras el desmayo y dinámico en los movimientos, se levantó a las 6.30 (13,30 horas en la península española), después de haber dormido bien, y permaneció en su residencia hasta poco antes de las 13.30 horas en que se reunió con Miyazawa en el palacio de Akasaka.
De traje gris oscuro rayado, Bush bromeó con los periodistas que tuvieron acceso a la residencia oficial, y su rápida recuperación física fue generosamente filmada por las cámaras de televisión niponas. "Creo que un catarro intestinal es algo normal, incluso en un presidente", dijo Bush, en presencia del primer ministro nipón, aparentemente divertido con la ocurrencia.
Tres horas después, concluida la segunda y última ronda de conversaciones de una visita que reafirmó en sus líneas generales la alianza política entre Japón y Estados Unidos, aunque no solventó las principales diferencias en el comercio bilateral, George Bush y Kiichi Miyazawa comparecieron en una conferencia de prensa. El presidente norteamericano reiteró su disposición a disputar la nominación republicana y conseguir después la reelección. "Voy a ganar", subrayó. "Si tuviera algún problema físico no me presentaría, pero no es el caso", añadió.
Palabras tranquilizadoras
En el encuentro con la prensa, que duró 30 minutos, Bush, que respondió con contundencia a las insinuaciones sobre sus problemas de salud, aseguró que sus compatriotas no tienen por qué alarmarse. "Estas cosas no sólo le pasan a los viejos. Un empresario, joven y fuerte, del grupo que viaja conmigo también ha sufrido gastroenteritis, al igual que algún periodista. Creo que incluso a los demócratas les ocurre esto de vez en cuando".Barbara Bush, cuyos oportunos comentarios. tras el desmayo de su esposo han merecido elogios, asistió a la conferencia. "George está bien. No hay por qué preocuparse", repetía ayer durante sus entrevistas y encuentros en un recorrido por un colegio de niños y un centro de atención a disminuidos mentales. El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, por su parte, insistió en que el catarro intestinal no guardaba relación con el fallo cardiaco de mayo ni había precisado especial medicación. "Es un hombre fuerte y muy sano. No hay por qué cancelar el programa". Las pruebas efectuadas, afirmó, dieron resultados satisfactorios.
En cuanto al amplio acuerdo firmado por los dos países, insiste, en su parte política, en la necesidad para Corea del Norte de llegar "rapidamente" a un "acuerdo de garantías" que permita la inspección de sus instalaciones militares de carácter nuclear. El texto invita por otra parte el Gobierno chino a "tomar iniciativas en el campo de los derechos humanos y de la no proliferación de armamentos", a la vez que reconoce Ia importancia de la integración de China en la comunidad internacional". Estados Unidos reafirma también su apoyo a la reivindicación japonesa sobre las islas Kuriles, anexionadas por la ex Unión Soviética después de la II Guerra Mundial.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.