Abierta la primera universidad islámica de Europa
Ayer fue inaugurado en el pueblo francés de Saint-Léger-de-Fougeret el Institut Européen des Sciences Humaines, que es, en realidad, la primera universidad islámica de Europa. Su objetivo es, según su director, Zuhair Mahmood, favorecer el crecimiento de "un islam europeo" y formar imames para atender a los millones de musulmanes que viven en Europa (más de tres, millones en Francia). Saint-Léger-de-Fougeret es vecino de Chateau, Chinon, el pueblo M que fue alcalde durante 30 años François Mitterrand.
El Institut Européen des Sciences Humaines contará este primer ano con una cincuentena de alumnos, la tercera parte de los cuales procedente de Francia. "Seguir un curso cuesta 30.000 francos" (unas 600.000 pesetas), explica un portavoz de Union des Organisations Islamiques de France.(UOIF), organismo impulsor del Institut, "de los cuales 20.000 francos los aporta, en concepto de beca, el propio Institut y los 10.000 restantes corren a cuenta del alumno". Sobre el origen de los fondos propios el portavoz de la UOIF especifica que "provienen de dádivas de musulmanes, muchos de ellos radicados en Europa y otros que viven en los países del Golfo. Son siempre donativos individuales, nunca gubernamentales; se trata de dinero que no impone condiciones".
Lo cierto es que el fervor islámico es a menudo económicamente generoso, ya que, tal y como explican en la propia UOIF, "la reunión que celebramos entre el 27 y el 30 de diciembre pasado en Bourget supuso un montante de donativos que supera los 500.000 francos (más de nueve millones de pesetas) para una asistencia calculada en 10.000 fieles, que además de escuchar sermones, confraternizar con sus hermanos y recorrer tenderetes., pudieron celebrar la victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS) en Argelia al grito de 'Allah akbar' (Dios, es grande)".
El "pequeño Satán"
La prensa francesa ha encontrado entre los financieros al jeque libanés Fayral Maoulaoui, un personaje próximo a los Hermanos Musulmanes, que ya ayudó económicamente al Groupement Islamique en France (GIF), un grupo estudiantil dedicado a replantear cómo "vivir el islam" en el país del "pequeño Satán".Su objetivo era instalar "un Estado islámico en Francia" y "expulsar a los impíos", pero se propuso alcanzar estos objetivos por una vía moderada y modernizadora: "Algunos de nuestros hermanos dicen: "La corbata? ¡Una herejía! ¡Es condenarse al infierno de inmediato!. Sin embargo, los trajes occidentales son mejores para un clima frío que la chilaba, pensada para el calor del desierto", afirmaba en un discurso Fayial Maoulaoui, de quien se ha escrito también que es el rebresentante en Francia del movimiento integrista tunecino En Nahdha, actualmente en la ilegalidad y considerado el equivalente del FIS argelino.
La cincuentena de alumnos -entreellos dos mujeres- que descubrirán ahora el enero helado de Saint-Léger-de-Fougeret estarán al cuidado de dos profesores titulares -el tunecino Ahmed Djaballah y el francés Djafa Elkange, el primero de ellos licenciado por la Sorbona- y dos suplentes. "El Institut ofrece todos los servicios necesarios para acoger a los estudiantes:, restaurante, dormitorios, salas de reunión o de plegaria, etcétera", explican los dirigentes del UOIF.
Para el secretario de Estado para la Integración, Kofi Yamgnarie, "el Institut se dis pone a producir imames, cuyo objetivo no es precisamente favorecer la integración del islam en la sociedad francesa". En la palabra integración está resumido todo el conflicto racial que atraviesa hoy la sociedad francesa. Parte de los más de tres millones de árabes que habitan en Francia no quiere integrarse, sino insertarse, y ser tratados como grupo y no como ciudadanos individualizados.
"Gobierno de Dios"
Y como grupo buscan representantes que les defiendan, que permitan a sus hijas llevar el chador en clase, que ahorre a hijos e hijas los cursos de educación sexual, la gimnasia o, simplemente, la educación mixta. El modelo integrador -nadie se atreve hoy a utilizar la palabra asimilación por sus connotaciones coloniales- es cuestionado por un islamismo que reivindica el gueto o el modelo de tolerancia estadounidense, tan contrario a las tradiciones republicanas francesas.El Institut Européen des Sciences Humaines parte de una constatación: los emigrante árabes, en su gran mayoría, no piensan en regresar a su país de origen. Es más, existen ya dos o tres generaciones de árabes -musulmanes o no-" nacidas en Francia. Por eso se piensa en la necesidad de contar con imames adaptados a esa realidad, capaces de proponer un islam europeo que extienda, en nombre del pueblo, "el gobierno de Dios sobre la tierra".
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