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La ONU condena a Israel por deportar palestinos

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó anoche, con la unanimidad de sus 15 componentes, una resolución que condena a Israel por ordenar la deportación de otros 12 palestinos de los territorios ocupados. Estados Unidos ya había anunciado previamente que la apoyaría. Mientras, Yasir Arafat llevó a Damasco, la idea de una cumbre árabe para decidir el futuro del proceso de paz, en Oriente Próximo, gravemente afectado por la decisión israelí, aunque se espera que la condena de la ONU permita a los árabes volver a la mesa negociadora

El texto aprobado, además de la condena, exige a Israel, que, como país ocupante, garantice la vuelta inmediata de todos los deportados hasta ahora -66 desde que comenzó la Intifada, en diciembre de 1987-.El presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) propuso al jefe del Estado sirio, Hafez el Asad, consultas de emergencia al más alto nivel. Arafat quiere que los dirigentes árabes presionen

conjuntamente a Israel para que cancele la orden de expulsión como condición para seguir hablando de paz.

La tercera ronda de conversaciones bilaterales entre árabes e israelíes debía comenzar hoy, pero las expulsiones ordenadas atrasan indefinidamente la continuación del proceso iniciado en Madrid. El jefe de la OLP ha conseguido aprovechar la oportunidad para recordar al mundo que nadie sino su organización representa a todos los palestinos embarcados en el proceso de paz. Su intensa campaña diplomática, que en las últimas horas lo llevó a El Cairo, Animán y Damasco, le permitió capitalizar la atención internacional sobre la más reciente. violación israelí de la Convención de Ginebra.Arafat agradeció a Asad la celeridad con la que, Damasco reaccionó a la medida israelí. Siria fue el primer país involucrado. en el proceso de paz en solidarizarse con. los palestinos y la prensa de Damasco se encargó ayer de pulir las credenciales propalestinas de Asad.

El mensaje que Arafat ha entregado en Egipto, Jordania y Siria es que el proceso de paz depende de Israel y que sólo sus benefactores norteamericanos pueden hacer cambiar la actitud desafiante de Tel Aviv. En Amman, Arafat dijo que la orden de expulsión de los, 12 palestiños de Gaza y Cisjordania constituye "un enorme obstáculo para el proceso de paz" y demandó enérgicamente su anulación "a fin de continuar en la marcha hacia la paz" en Oriente Próximo.

El Gobierno israelí, por su parte, se enfrenta no sólo con la condena internacional sino también con las presiones en. sentido contrario de los sectores ultranacionalistas israelíes,cuyos representantes en el Gobierno amenazaron con dimitir si Isaac Shamir presenta en Washington un proyecto de autonomía para los palestinos. Su renuncia, informa desde Tel Aviv , pondría en minoría al Gabinete, de Shamir y podría provocar elecciones anticipadas. El primer ministro cuenta hoy apenas con el apoyo de 64 parlamentarios en la Kneset sobre un total de 120, y no puede por tanto prescindir de los seis diputados de las dos pequeñas formaciones ultranacionalistas Tehiya y Moledeth.

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Aunque Shamir afirma que no teme las elecciones anticipadas, la realidad es distinta. La situación económica es delicada, el país está amenazado por la recesión. Además, el ministro de Finanzas incluyó en el presupuesto los 2.000 millones de dólares que Israel quiere conseguir de bancos norteamerícanos y europeos. Pero ¿que ocurrirá si EE UU posterga o niega la concesión de las garantías pedidas? Es de suponer que Shamir no hará nada que ponga en peligro su frágil mayoría lo que significa que la delegación israelí no tendrá poder para abordar cuestiones de fondo.

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