La presidencia portuguesa de la CE se propone aprobar 50 directivas para el mercado único

Portugal asumió desde el pasado 1 de enero su primera presidencia de la CE con la tarea primordial de poner precio a la cohesión económica y social acordada por los Doce el pasado 11 de diciembre en la cumbre de Maastricht. La aplicación del principio de solidaridad será vital para los intereses de España. Las relaciones exteriores de la CE y la estrategia de la ampliación a nuevos socios son las otras prioridades de un semestre cargado, en el que la presidencia portuguesa se ha marcado además el objetivo de aprobar las 50 directivas que quedan para poner en marcha el mercado único de 1993.

El 1 de julio de 1986, a los seis meses de su ingreso en la CE, Portugal dejó pasar el turno de presidencia comunitaria que le correspondía por orden alfabético. Ahora, cinco años y medio después, asume la dirección de los asuntos comunitarios tras haberse, preparado para ello con esmero. "Asumimos nuestro papel no con ánimo de vedette, sino con voluntad de ser muy eficaces, especialmente en este período tan imprevisible", manifestó hace unos días el ministro de asuntos Exteriores, Joao de Deus Pinheiro.El primer ministro portugués, Aníbal Cavaco Silva, rodeado de sus colaboradores más próximos, ha viajado dos veces a Bruselas para preparar la agenda del semestre. El próximo día 9, en Lisboa, volverá a, repasar con Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, y otros comisarios un calendario provisional en el que figuran 41 consejos de ministros, 11 reuniones ministeriales más en diversas ciudades portuguesas y, casi con seguridad, dos cumbres. Al ordinario del 26 y, 27 de junio en Lisboa, se añadirá probablemente un Consejo Europeo especial en primavera.

Si todo marcha bien, en ese encuentro extraordinario los Doce deberán fijar la factura de la solidaridad financiera para traducir a los hecho s el principio de cohesión económica y social aprobado en Maastricht a instancias de España.

Portugal es, junto a España, Grecia e Irlanda, uno de los cuatro países beneficiarios y, aunque su papel de presidente le impedirá ser beligerante, su labor de coordinación puede ser decisiva a la hora de hacer propuestas más comprometidas.

El precio de la cohesión irá dentro del llamado segundo paquete Delors de revisión de las perspectivas financieras de la CE para el período 1993-07. A la solidaridad entre países ricos y pobres de la Comunidad se une el coste de la reforma de la política agrícola común, la financiación de las nuevas competencias comunitarias y la acción reforzada en materia de política exterior. La Comisión debe todavía ponerse de acuerdo en una propuesta en la reunión monográfica que celebrará el próximo 18 de enero.

La cohesión significa un nuevo. fondo, de carácter estatal, para financiar infraestructuras de transporte y programas de protección del medioambiente en aquellos países más retrasados que cumplan el compromiso de ajustar sus economías a la disciplina de la móneda única. Implica, también, más dinero y mayor porcentaje de cofinanciación comunitaria para las zonas más deprimidas dentro de los actuales fondos de desarrollo regional. Y, sobre todo, va a suponer la corrección de un agravio comparativo: que España contribuya en una proporción mayor. a la CE que países ricos como Holanda o Dinamarca.

El principio de progresividad o prosperidad relativa, presente en los sistemas fiscales de los Doce, entrará por fin en el presupuesto comunitario. Esa revisión general de. las cuentas provocará problemas y el arreglo en la cohesión no será posible sin compensaciones suficientes para franceses y holandeses, por ejemplo, a la hora de fijar las nuevas. ayudas a los agricultores en el marco de la reconversión de la política agraria.

La cohesión será el plato fuerte de los primeros meses, pero la presidencia portuguesa no quiere dejar de lado otros temas y se ha propuesto aprobar durante su mandato las 50 directivas que faltan Para la. creación del mercado único.

'Vigilancia multilateral'

Durante el semestre se iniciará la "vigilancia multilateral". de las economías de cara al ajuste para la moneda única. El examen, por turno, corresponderá a Portugal, Italia, Grecia, Re¡no Unido, Irlanda, Francia y, acaso, España. El ministro Carlos Solchaga ha prometido presentar su plan en enero.

Como recordé Joao de Deus Pinheiro, "Portugal debe dar el paso adelante marcado en Maastricht". La presidencia de be volcarse en definir los procedimientos para las nuevas competencias que asumirá la CE gracias al tratado de Unión Europea y llevar a cabo la firma del texto acordado por los Doce, que tendrá lugar en febrero. Pero entre las cuestiones pendientes están la de encauzar la nueva política exterior común de la CE.

En la cumbre de finales de junio, los Doce definirán una estrategia de ampliación dé la Comunidad, de forma que las negociaciones con los primeros candidatos (Austria y Suecia), puedan empezar inmediatamente, ya bajo presidencia británica. La apertura exterior se hará en todos los frentes. Según Pinheiro, "Portugal es un país bien situado para reforzar el vínculo atlántico con EEUU e intentar una plataforma de diálogo con los países menos desarrollados". En cuanto al Este, el proyecto es extender los tratados de asociación a Rumanía y Bulgaria y.firmar acuerdos de cooperación con Albania y las repúblicas bálticas.