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Entrevista:TRANSICIÓN EUROASIÁTICA

"Dentro de unos días ya no habrá armas nucleares en nuestro territorio"

El profesor Stanislav Shushkévich es un novato en la política, pero un novato con éxito, que ha sabido aplicar capacidades de científico -teórico y práctico- a las complejas tareas estatales.Pregunta. ¿Cuál es la concepción militar de Bielorrusia? ¿Creará, como Ucrania y Azerbaiyán, su propio ejército?

Respuesta. Ante todo, quiero dejar claro que esto es algo que debe decidir el Sóviet Supremo. Pero estoy convencido de que Bielorrusia formará su propio ejército, pero lo hará por etapas, paulatinamente. También estoy convencido de que lo creará en base a lo que hoy es el distrito militar de Bielorrusia. Reduciremos drásticamente las tropas en nuestro territorio. Nuestro ejército no deberá superar los 50.000 hombres, cifra inferior al número de soldados que hoy hay en nuestro territorio.

P. ¿Quién defenderá las fronteras de Bielorrusia?

R. Considero que Bielorrusia debe defender sus propias fronteras, y por ello tomamos bajo nuestra jurisdicción las tropas fronterizas. Este proceso no ha concluido, porque también aquí nos topamos con muchos problemas. Pero estoy seguro de que si queremos hacer un país soberano, debemos sin falta defender nuestro territorio. No hay alternativa. Habrá un periodo transitorio, ya que no tenemos la suficiente cantidad de especialistas, pero avanzamos en la dirección indicada: nuestras fronteras las defenderemos nosotros.

P. Los jefes de Estado de la CEI se reúnen hoy. ¿A qué acuerdo cree que se llegará en el plano militar? .

IR. El proyecto de reorganización que debe presentar el mariscal Yevgueni Sháposhnikov ya existe. Nuestros expertos lo han discutido, y debo reconocer que no hay unanimidad. Está claro que hay diferencias en los enfoques de las distintas repúblicas, lo que en sí mismo no tiene nada de malo. La pregunta es si firmaremos algún acuerdo militar. Personalmente, estoy convencido, de que habrá acuerdo, pero no estoy seguro de que éste ponga fin a todos los problemas.

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P. ¿Cree que además de las fuerzas estratégicas debe haber alguna otra rama militar común?

R. Esto es algo que debe decidirse en el marco de la doctrina militar, y por el momento no hemos elaborado tal doctrina. Personalmente, no soy partidario detener nada en común a excepción de las fuerzas estratégicas.

P. Rusia no excluye en el futuro la posibilidad de ingresar enla OTAN. ¿Cuál es la posición de Bielorrusia?

R. Bielorrusia aspira a ser un país neutral y, por tanto, no ingresará en ninguna alianza defensiva-militar. La posición de Rusia no nos preocupa. Es verdad que en estos momentos estamos ingresando en una alianza militar [con las repúblicas], pero es una alianza más suave que la anterior. Antes no teníamos control sobre nada en nuestro territorio. Las actividades del Ejército soviético no estaban bajo jurisdicción de nuestra república. Comprendemos que por el momento es poco lo que ha cambiado, pero iremos reforzando paulatinamente nuestra jurisdicción sobre el Ejército y abandonaremos esta alianza militar. Ésa es nuestra meta. El proceso será bastante largo y por eso debemos pasar por la etapa de firmar el actual acuerdo militar.

P. Bielorrusia, que ha declarado ser una zona desnuclearizada, no tiene armas estratégicas estacionadas en su territorio. Pero ¿cómo se librará de los otros tipos de armas atómicas?

R. Dentro de unos días ya no habrá armas tácticas nucleares en nuestro territorio. Tenemos también armas estratégicas móviles, pero no se pueden evacuar de un día para otro. Los norteamericanos lo saben y lo comprenden. Ellos están dispuestos a financiar en gran parte la evacuación de estas armas. Nosotros iremos deshaciéndonos de ellas de acuerdo con nuestras posibilidades. Al igual que las armas tácticas, las estratégicas serán llevadas a territorio ruso para ser liquidadas. No planeamos crear instalaciones especiales para destruir las armas nucleares en Bielorrusia.

P. Parte del territorio de Lituania antes pertenecía a Bielorrusia. ¿Existen problemas con sus vecinos?

R. Pueden surgir problemas y pretensiones [territoriales]. El asunto es muy complejo. Existe lo que llamamos la verdad histórica y existen las realidades de hoy. El pueblo bielorruso ocupaba un territorio mucho mayor de lo que hoy es Bielorrusia. Vilna, por ejemplo, antes de la guerra, era una ciudad en la que vivían pocos lituanos y en la que alrededor del 50% de la población era bielorrusa. Se trata de una zona relacionada con la historia bielorrusa, donde se conservan muchas reliquias de nuestro pueblo. Pero lo sucedido en el último medio siglo hace imposible que se vuelva a esa situación. Es un hecho que hoy, fuera de los límites de nuestra república, hay zonas -en Lituania, en Polonia, en Rusia- donde los bielorrusos viven en forma compacta, como población autóctona. Al mismo tiempo en Bielorrusia, como consecuencia de la política estalinista, hay pequeñas zonas donde los polacos y quizá los, ucranios son población autóctona. En nuestro territorio viven más de 300.000 polacos, más de 280.000 ucranios y más de un millón de rusos. El actual Sóviet Supremo y el Gobierno llegamos unánimemente a la conclusión de que la gran nación bielorrusa puede desarrollarse en las fronteras actuales, y en este territorio estamos en condiciones de asegurar una vida digna a los lituanos, a los polacos, a los rusos, etcétera. No queremos crear ningún problema fronterizo. Somos partidarios de la inviolabilidad de las actuales fronteras.

P. Europa avanza hacia una moneda única, y aunque los miembros de la CEI acordaron mantener el rublo durante 1992, Ucrania y Bielorrusia preparan la introducción de su propia moneda. ¿A qué se debe ello?

R. Somos partidarios de tener una moneda común, pero para eso hay que ponerse de acuerdo en el nivel de inflación, de emisión suplementaria. En lo que respecta a Ucrania, Bielorrusia y Rusia, según se desprende de las reuniones realizadas esta semana, podemos llegar a un acuerdo en el nivel de inflación y, por tanto, podemos tener una moneda común. Esto, naturalmente, es muy ventajoso. Pero hay problemas con los otros miembros de la Comunidad, porque ellos planifican otros niveles de inflación. No me arriesgo a hacer pronósticos, pero creo que se puede formar una unión bancaria en el marco de la cual se encuentre una solución. Por el momento, puedo decir que nos es fácil ponemos de acuerdo entre las tres repúblicas citadas.

P. ¿Por qué en un principio usted propuso que fuera Kiev la sede de los órganos de coordinación de la CEI y cuáles de estos órganos cree que deben estar en Minsk?

R. Propuse Kiev sólo para que, la sede no fuera Moscú, pero luego todos estuvimos de acuerdo en que los órganos coordinadores debían estar en Minsk. Por supuesto que no todo. Sería lógico que los grupos de trabajo del Consejo de Jefes de Estado y del de Jefes de Gobierno estuvieran aquí. Pero, por ejemplo, si creamos un órgano de coordinación para la astronáutica, sería absurdo que estuviera en Minsk. Lo lógico sería que funcionara cerca de los cosmódromos o en el lugar de preparación de los vuelos espaciales.

P. ¿Cómo ve las perspectivas futuras de la CEI?

R. La verdad es que no veo otra vía que no sea la CEI para realizar el tránsito de la ex URSS a la situación de países independientes. Esta etapa no puede ser muy corta. Debe prolongarse varios años. Luego habrá que hacer el balance. Si la unión es provechosa para todos, se desarrollará; si es una carga, seguramente desaparecerá. Pero creo que se puede encontrar una fórmula para que la CEI convenga a todos sus miembros.

P. En la prensa se comentó que usted había rechazado, si no toda la ayuda norteamericana, por lo menos gran parte de ella. ¿Por qué?

R. Yo sólo llamé la atención sobre el hecho de que Bielorrusia puede alimentarse a sí misma y, más aún, cumplir sus compromisos con las otras repúblicas. Por eso, si se trata de ayuda, quisiéramos que ella se realizara de acuerdo a lo que nosotros realmente necesitamos y no de acuerdo a lo que otros países piensen que necesitamos. En cuanto a alimentos, necesitamos sólo aceite vegetal, productos para niños y trigo.

P. ¿No teme usted que los trabajadores salgan a la calle el 3 de enero, cuando liberalicen los precios en la república, como lo hicieron en abril?

R. Espero que la gente no salga a la calle. Pero permítame tocar madera. El problema es que en el poder ejecutivo están todavía las mismas estructuras que antes y a ellas no les gustan las actuales transformaciones: la propiedad privada, una privatización real, etcétera. Ellos tratan de aprovecharse del empeoramiento de la situación. Pero creo que todavía estamos en condiciones de explicarle al pueblo la realidad. Aunque, desgraciadamente, no contamos con un amplio movimiento para hacer esta labor, confío en que lograremos evitar un estallido popular.

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