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MÉXICO

Detalles toreros de Curro Vázquez

Detalles toreros de Curro Vázquez en el séptimo toro -de regalo-, un meritorio triunfo de César Pastor y la bravura de cuatro toros, fue lo más destacdo de la corrida.Curro Vázquez había terminado muy deslucido y regaló un burel, en el que tuvo detalles toreros. En su primero, un astado de 514 kilos aplaudido por su trapío, el diestro de Linares no pudo acoplarse al recorrido y a la casta que tenía el animal y, como le dudaba, le atropellaban la muleta. Sólo logró algunos naturales limpios. En su segundo, bravo, poderoso y dificil, se le vio indolente y apático, y 4 encararse a un aficionado de sol que protestaba, terminó abucheado por el público.

Ante este fracaso optó por regalar el sobrero, de 476 kilos, que fue claro y terminó con poca fuerza, pero fijo. Con el percal dio verónicas asentadas y con la franela realizó una faena valerosa, con empeño, pero sólo de detalles. Empezó de rodillas, para después instrumentar derechazos corriendo la mano, aunque despegado, y continuó toreando con el pico de la muleta en unos naturales. Parecía un diestro desesperado, realizando suertes efectivistas, queriendo agradar a la galería, olvidando el aroma del arte que posee. Como premio de ello, aunque despachó de mala manera al toro, dio la vuelta al ruedo.

Huichapan / Vázquez, Pastor, Tóddoli

Toros de Huichapan. con trapío, desiguales en bravura. Curro Vázquez: cuatro pinchazos, otro hondo y estocada caída (silencio); media estocada tendida y rueda de peones (silencio); pinchazo y bajonazo (vuelta). César Pástor: estocada tendida y rueda de peones (oreja); bajonazo (ovación y salida al tercio). Francisco Tóddoli: dos pinchazos, estocada caída y rueda de peones (silencio); cinco pinchazos -aviso- y estocada caída (silencio). Plaza Monumental de México, 22 de diciembre. Un cuarto de entrada.

Triunfo merecido

César Pastor, renovado, con la mente despejada, se reencontró a sí mismo y obtuvo un merecido triunfo con su primero. A base de desengañarlo, aguantarlo y torearlo muy cerca, consiguió que el toro se entregara. Fue una lidia de valor, oficio, inteligencia y entrega, que realizó de menos a más, por lo que lo premiaron con una oreja. A su segundo, un toro de 538 kilos, que por humillar en exceso en un lance dio una vuelta de campana y se destroncó sufriendo un cambio en su embestida y, terminó tardo, recorrido corto, lo toreó muy relajado y con oficio.A Francisco Dóddoli, le tocó el peor lote. El tercero era bravo, codicioso y áspero, y le dio una lidia breve. El sexto, que ya por la mañana sembró el pánico en el reconocimiento y sorteo, derribó al picador y brincó al callejón, cayéndole encima a un portero, afortunadamente sin consecuencias. Fue otro manso, reculón, que, cuando embestía, calamocheaba peligroso, y que a la hora de la muerte se tapaba. Con este astado, Dóddoli no pudo tener lucimiento.

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