El Gobierno quiere que Campsa sólo aumente cinco pesetas el precio de la gasolina el 1 de enero
El precio de venta al público de la gasolina se elevará en torno a cinco pesetas en enero, mientras el del gasóleo lo hará cerca de tres, según está intentando el Gobierno a través de la compañía de mayoría pública Campsa. De esta forma, el Ejecutivo trata de amortiguar el fuerte impacto que tendrá el aumento del impuesto específico de los carburantes y el del IVA sobre los precios máximos de los combustibles (7,90 pesetas en la gasolina y 5,60 en el gasóleo).Así, mientras el precio máximo de la gasolina súper será de 96,40 pesetas, el precio de venta al público estaría en 92. La gasolina normal contaría con un precio máximo de 93 pesetas y otro de venta al público de 88, mientras que la sin plomo situaría su precio máximo en 94,10 y el de venta al público en torno a las 89. En el caso del gasóleo, el precio máximo será de 74,80 pesetas y el de venta al público unas 71.
Los precios máximos se fijan de acuerdo a tres factores, dos fijos y uno variable. Los fijos son el impuesto específico de los carburantes y el IVA -que hasta ahora ha sido del 12% y que pasará al 13% en enero-. El factor variable corresponde al resultado de una media de los precios sin impuestos de los carburantes en seis países comunitarios (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Holanda y Bélgica) y de los mercados internacionales de Rotterdam y Génova. El impuesto se suma a esta media y sobre el resultado se aplica el IVA, con lo que se obtiene el precio máximo. Es decir, que el precio máximo puede variar también dependiendo de las fluctuaciones que se produzcan en estos países.
El impuesto de las gasolinas, con el aumento de 7 pesetas pasa de 48,50 a 55,50, a lo que habría que sumar el impacto de la subida del IVA (un 0,9% más). El impuesto de los gasóleos pasa de 32,3 a 37,3, cinco pesetas que, tras aplicar el IVA, supone 5,60 en la realidad.
Durante todo el año, Campsa -que en la actualidad es el único que fija los precios de venta al público de la mayor parte de las gasolineras de España- ha marcado esos precios entre una y dos pesetas por debajo del precio máximo que fija el Gobierno. Sin embargo, ahora ampliará la diferencia hasta cuatro o cinco pesetas con el objetivo de ejercer un efecto amortiguador del aumento de los precios máximos. La única obsesión de la compañía distribuidora es que esta actuación no afecte demasiado a su cuenta de resultados. No obstante, según fuentes de la compañía, se irán haciendo subidas paulatinas, o bien se mantendrán los precios de venta al público cuando los máximos bajen.
Este esquema variará notablemente cuando se efectúe la segregación de Campsa, puesto que podrán actuar otros operadores en el mercado español (Pepsol, Cepsa, Petromed ...).
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