Alfonso Guerra pide medidas jurídicas para reducir los beneficios si los empresarios no se autolimitan

El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, se mostró ayer partidario de poner en marcha mecanismos jurídicos que limiten los beneficios si los empresarios no acceden a reducirlos mediante la "autorregulación". El número dos del PSOE, que también pidió moderación salarial, revitalizó de este modo su vieja demanda de una ley de hierro para los excedentes empresariales, que ya formulara en Sevilla el 14 de diciembre de 1990. Guerra insistió en su idea ayer, en Madrid, al comienzo de una campaña de defensa de la gestión socialista a los nueve años de llegar al Gobierno.

El ex vicepresidente del Gobierno apeló a la responsabilidad de empresarios y sindicatos para hacer innecesaria la aplicación de normas jurídicas mediante la autorregulación. Este llamamiento del vicesecretario general del PSOE fue precedido en los últimos días por declaraciones de Francisco Fernández Marugán y Carmen Gracia Bloise, dos dirigentes socialistas claramente alineados con el guerrismo, en las que defendían limitaciones para los beneficios empresariales. Según Guerra, la moderación salarial no significa crecimiento cero, sino un incremento controlado del poder adquisitivo.El año pasado, en Sevilla, poco antes de abandonar el Gobierno, Guerra afirmó: "Hay que ir contra algunas creencias que ponen sólo el acento en limitar los salarios y no los beneficios; quizá ha llegado el momento de pensar en una ley de hierro para los beneficios, al igual que existe para los salarios".

En la presentación de la campaña socialista realizada ayer, Guerra, según informa Anabel Díez, alabó la gestión gubernamental con especial énfasis en la economía. Varios ministros estiman que, después de una etapa de discrepancia pública entre partido y Gobierno, Alfonso Guerra llama al cierre de filas en la organización, ya que, "por muchas que sean las diferencias con el presidente del Gobierno, nunca hará nada que ponga en peligro la continuidad del PSOE en el poder".

Hacia este objetivo se volcó ayer Guerra con profusión de elogios a González, a su gestión, y concretamente a los resultados de la política económica que dirige el ministro Carlos Solchaga. En seis cuadernillos, los socialistas han extractado su labor en todas las parcelas y no se encuentra un renglón para la crítica. Los elogios a la gestión económica del Ejecutivo resultaron especialmente novedosos, ya que a lo largo de los últimos meses el ex vicepresidente y Solchaga han realizado manifestaciones públicas claramente divergentes sobre política económica.

Las diferencias entre uno y otro quedaron también reflejadas en el último congreso del PSOE, controlado al cien por cien por Guerra, donde el ministro de Economía vio frustrado su deseo de incorporarse a la ejecutiva del partido.

En su conferencia de prensa, Guerra eludió responder directamente a las acusaciones de corrupción del PP y sólo ironizó para decir que "quizá José María Aznar, desde la responsabilidad que tuvo en Castilla y León, tiene datos que yo desconozco".

Ésta fue en general la actitud de Guerra ayer, flanqueado por Txiki Benegas y Francisco Fernández Marugán, al presentar la campaña de su partido Nueve años de progreso. En todo momento evitó responder a preguntas susceptibles de polémica. Así eludió el asunto de Renfe -"hay una comisión parlamentaria abierta-", y tampoco se refirió al contenido del informe del Tribunal de Cuentas sobre la financiación de su partido: "Es un informe riguroso y está todavía en periodo de alegaciones".

Asunto sin interés

Guerra demostró que ayer no era el día para hablar de cuestiones internas y no respondió a cuestiones sobre la coordinación entre partido y Gobierno al estimar que era un asunto sin interés para los ciudadanos.¿Por qué no han esperado los socialistas al próximo año para celebrar una década en el poder? La respuesta estuvo envuelta en la broma: "No se preocupen, que el año que viene haremos otra celebrando la década del progreso".

Desde el lado del Gobierno se afirma que el Gabinete está cohesionado y sólo existen problemas "a la hora de los presupuestos". Los ministros consultados creen que, ante los actuales problemas internos, la campaña es muy oportuna.

Alfonso Guerra al ser preguntado sobre su punto de vista respecto a los medios de comunicación manifestó: "Ahora sí que tengo que apelar al Pontífice". "Usted sabe que en este país no se puede decir nada sobre los medios de comunicación, aviado voy si digo algo, a no ser que saque el incensario, entonces eso sí que quedaría bien".