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Entrevista:

"La guerrilla debe tener iguales ventajas y derechos que el resto de las fuerzas políticas"

Dos años y medio después de su llegada al poder, el presidente constitucional de El Salvador, Alfredo Cristiani, de 44 años, se va a encontrar con el acontecimiento más importante para su país en la última década: la paz que va a poner fin a una guerra que: en 11 años ha provocado más de 70.000 muertos. Cristiani, en una entrevista concedida conjuntamente a EL PMS y a representantes de medios salvadoreños, reconoce que todavía existen graves problemas que enfrentan a los componentes de la mesa de negociación que desde hace año y medio buscan afanosamente, con la mediación del secretario general de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, el fin de las hostilidades. Pero insiste: "Claro que hay escollos, pero también los hubo meses atrás y probablemente más graves que los de ahora. Y los superamos. Ahora bien: si el FMLN llega con una posición racional, flexible y con voluntad real de terminar con todo esto, creemos que la paz no es cosa de semanas, sino de días. Hemos entrado en una etapa irreversible y tenemos la esperanza de que muy en breve esto dé su fruto".

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No irá a Nueva York

En opinión del presidente de El Salvador, la delegación de su Gobierno que negocia con la guerrilla se encuentra en Nueva York con un objetivo muy claro y concreto: "Buscar los acuerdos necesarios para que el conflicto termine de forma distinta". Y añade: "Yo no voy a Nueva York. Este asunto es competencia de las comisiones negociadoras. Permaneceré en El Salvador con el teléfono y el fax listo, pero no iré a esas reuniones".Cristiani revela que el principal obstáculo reside en la composición de la Policía Nacional Civil, que será ajena ya a la estructura militar y estará incluida, según sus propias palabras, en una cartera aparte o en un departamento independiente. Ha habido, en su opinión, un único tema en la mesa de negociaciones en los últimos 18 meses, la reestructuración de las Fuerzas Armadas, "y ese asunto está ya prácticamente superado".

"Los objetivos del proceso de paz tal como queda plasmado en el acuerdo de Ginebra son muy claros: se busca a través de acuerdos políticos la consolidación de la democracia, del libre y estricto respeto a los derechos humanos y la reconciliación de la sociedad salvadoreña", dice Cristiani. Y precisa: "En ese sentido, no cabe nada que signifique cuota de poder, y en la medida que el FMLN insiste en cuotas de poder, estará retrasando una posible solución al proceso".

Según Cristiani, "el FMLN, como fuerza política desarmada, debe tener iguales ventajas, derechos y oportunidades que el resto de las fuerzas políticas, pero no puede pretender, y mucho menos a través de un proceso de negociación, ventajas adicionales a las que tienen otras fuerzas políticas. Por eso su incorporación debe ser paritaria".

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El presidente salvadoreño, que se refiere a una propuesta de la guerrilla de incorporarse con los excedentes del Ejército, en un 50% cada uno, a la nueva Policía Nacional Civil, señala: "El manejo de una policía da ventajas políticas. Si estamos tratando de eliminar las ventajas políticas que tienen otros grupos armados, sería ¡lógico, pues, crear un grupo armado con una policía y con la ventaja política que eso significa para este sector".

Cristiani se muestra muy prudente al abordar el tema de las Fuerzas Armadas. Si bien parte del principio de que, llegada la paz y la normalidad, habrá "una reducción notable en los gastos de defensa", el tamaño del Ejército y su presupuesto "dependen de muchas cosas: población, capacidad económica del Estado, situación geopolítica y situación interna". No obstante, comparte con matices las tesis de otros presidentes centroamericanos de dar prioridad al gasto social por encima del militar: "Tienen que potenciarse mucho los esfuerzos hacia los sectores sociales".

"En El Salvador", dice, "en los presupuestos de 1992 ha habido ya un crecimiento considerable en educación, salud y obras públicas, incluido el sector vivienda. Pero no todos los países tienen los mismos problemas: hay Estados que tienen una barbaridad de burocracia, y por qué no eliminarla y distribuir ese ahorro en comprar medicinas".

'Grupo de amigos'

El presidente salvadoreño califica de muy positivo el trabajo realizado por el denominado grupo de amigos del secretario general de Naciones Unidas, compuesto por México, Colombia, Venezuela y España, que siguen como observadores el proceso de paz que hoy día sienta en una misma mesa al Gobierno y a la guerrilla. Cristiani cree que va a ser necesaria su permanencia durante todo el proceso que viene después de la paz, e incluso advierte que también se va a necesitar ayuda material para la incorporación del FMLN a la normalidad."Hemos desarrollado ya un plan de reconstrucción nacional, dirigido a los sectores más afectados por el conflicto, incluyendo en él a ex combatientes del FMLN y de las Fuerzas Armadas. En ese sentido, va a ser necesaria la ayuda externa porque son programas bastante ambiciosos pero necesarios para el país. La idea es brindar a todos la oportunidad de incorporarse a la vida productiva de El Salvador, a través de programas de capacitación para microempresas, préstamos y el otorgamiento de parcelas de tierra al sector campesino. También se puede conseguir la generación de empleo a través de los programas de reconstrucción de la infraestructura del país. Esto último va a requerir enorme cantidad de mano de obra, pero siempre y cuando se logren los recursos económicos necesarios".

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