Bonnie Raitt, la voz femenina del 'blues'
La cantante norteamericana actúa por primera vez en Barcelona y Madrid
Su vida, su casa y su cuerpo están en Los Ángeles, pero a ella le gusta decir que reside "espiritualmente en las orillas del río Misisipí". Cuarentona de rostro afable y mirada de gato-callejero, la cantante norteamericana Bonnie Raitt visita por primera vez España después de su año de gloria. En 1990 se convirtió en Lady Grammy, al obtener cuatro de esos prestigiosos premios: mejor álbum del año por Nick of time, mejor cantante femenina de pop, mejor cantante femenina de rock y mejor disco de blues tradicional, por su dúo con John Lee Hooker en I'm in the mood.
Raitt presenta en directo hoy, lunes, en Barcelona (Teatre Tivoli) y mañana en Madrid (Palacio de Congresos) las canciones, de Luck of the draw, su nuevo elepé. "Nunca he grabado un disco pensando en sus posiblidades comerciales, y este último no es una excepción", asegura. Sentada de forma perezosa en un sillón, en las oficinas de su casa de discos, mezcla de manera forzada castellano e inglés: "Sé que le debo mucho a los Grammy, pero después de 20 años de música, de canciones y de conciertos, no podía permitir que cambiasen mi vida. Sigo creyendo en las mismas cosas que entonces, y lo único que pido es poder seguir haciendo lo que quiero otras dos décadas".Hija de John Raitt, una de las estrellas de la televisión de los años cuarenta y cincuenta, Bonnie siempre soñó con ser una buena cantante de blues. "La Muddy Waters femenina", como suele decir siempre que tiene: ocasión, presume de ser una artista de directo: "Mi obsesión siempre han sido los escenarios. Escribir buenas canciones, tocar bien la guitarra, o recibir premios, no siempre es suficiente. Para mí lo mejor del mundo, la mayor satisfacción, es que la gente que te escucha entienda lo que estás tocando y se entusiasme. Entonces veo que estoy en el buen camino, y que mi trabajo sirve para algo. Y soy feliz".
Con nueve años ya tocaba la guitarra, y con 17 firmó su primer contrato con una discográfica. "Entonces sólo pensaba en el blues, y en cómo hacer mejores versiones de los temas de Robert Johnson", recuerda, "pero poco a poco fui ampliando mi campo de acción: folk, rhythm and blues, pop-rock... Supongo que influyeron todas las amistades que hice en esos tiempos".
Vaqueros y botas tejanas
Jackson Brown, Randy Newman y Bruce Springsteen la tratan como a una hermana. La invitan a sus conciertos y la presentan como "una guitarrista y cantante sorprendente, la gran señora del rock...". Vestida con vaqueros y botas tejanas, dice: "Me gusta aprender y, por qué no, evolucionar. Pero sin perder nunca el norte, que, en mi caso, es, clarísimamente, el blues. Si no pierdes la perspectiva de la música con la que te has formado, puedes hacer grandes cosas en otros géneros, de forma repetuosa y creativa al mismo tiempo".
Fundadora de la asociación Musicians United for Safe Energy (MUSE) y activa colaboradora en campañas ecologistas, en contra del apartheid y a favor de los derechos humanos, ve con escepticismo el futuro. "Las marcas de calzado deportivo y de refrescos patrocinan campañas de la Fundación por los Derechos Humanos, y está claro que sus intereses son puramente comerciales", afirma, "de la misma manera que las marcas de licor y cigarrillos, que perjudican notablemente la salud de la comunidad negra, se empeñen ahora en apoyar todos los festivales de blues y demás músicas de color. Es muy complicado. Creo sinceramente que la lucha colectiva es importante, pero teniendo como principal punto de partida el compromiso personal". Amiga de mezclar sonidos eléctricos y acústicos, rock y blues, viene acompañada por una banda de seis músicos que incluye dos guitarras y un percusionista. "El sentimiento es lo importante", reconoce, "y se pueden lograr magníficos resultados con una sola guitarra acústica. Un buen grupo hace más fáciles las cosas cuando actúas en un local grande, y acorta el espacio que te separa de las personas que no conocen tus canciones".
Babelia
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