Las solicitudes de regulanzación de extranjeros se triplicaron durante el último día de plazo
"He llegado a las siete de la mañana, dos horas antes de abrir, y aun así me han dado el número 372". Ana González, chilena de 27 años, tuvo tiempo de sobra ayer para hacer nuevos amigos en la cola del Instituto de Trabajo de Madrid, antes de obtener el certifícado de residente legal en España. Como Ana, cientos de inmigrantes esperaron hasta ayer, último día de plazo, para legalizar su ' situación en el país y abarrotaron las oficinas de inmigración. Ayer se cursaron 3.000 solicitudes, el triple que en una jornada normal.
"Si hemos aguardado hasta última hora no ha sido por gusto".. La mayoría de los inmigrantes que soportaban ayer el frío ante la plaza de Cristino Martos, sede del Instituto de Trabajo en Madrid aseguraban que aquélla no era la primera vez que visitaban ese edificio."He venido otras veces, pero no podía esperar tres o cuatro horas hasta llegar a la mesa del funcionario que te mira los papeles. Si no trabajo no cobro, y no me puedo permitir faltar varios días a la obra", decía Serrouk Mohamed, marroquí de 33 años, albañil. Este trabajador estaba indignado: "Es triste que nosotros, hijos del antiguo protectorado español de Marruecos, país hermano, tengamos que estar así, como olvidados de Dios".
"Desorganización"
Frente a las lamentaciones gesticulantes de Serrouk, otros inmigrantes eran más prosaicos. "Es una vergüenza. Qué desorganización", susurraba un polaco ante una recién conocida amiga chilena. "No te entienden o no quieren entenderte, no te informan de qué número va en la cola, no sabes qué papeles debes traer. Un desastre", traducía la suramericana.A pesar de estas quejas aisladas, el ambiente general era de resignación. Agrupados por nacionalidades: marroquíes, con marroquíes, chinos con chinos, suramericanos con suramericanos y polacos con polacos, el personal aguardaba su turno para entrar en la oficina, custodiada por cinco policías. Otros, sin embargo, no podían disimular en el gesto el temor a que la carpetilla de papeles que apretaban contra su pecho no pasara la prueba de su exhibición ante el funcionario.
El director general de Política Interior, Fernando Puig de Bellacasa, despejó ayer buena parte de estos temores.Según el director general, el Gobierno legalizará al 90% de los solicitantes. Sólo se denegarán, según Puig de la Bellacasa, las solicitudes de inmigrantes con antecedentes policiales, con proyectos de trabajo inviables o que hayan entrado en España con posterioridad al pasado 15 de mayo, informa Efe. Los peticionarios que vean denegada su solicitud y aquellos inmigrantes que no la hayan cursado serán expulsados de España.
Según el director general de Migraciones, Raimundo Aragón, la cifra de 120.000 solicitudes "más el 20% de familiares que se pueden regularizar como no activos". Con ellos, -la cifra rondará los 170.000 extranjeros que, según un estudio encargado por la Administración, residían hasta ahora ilegalmente en España, informa Europa Press.
Izquierda Unida y los sindicatos UGT y CC 00 reclamaron ayer al Gobierno que prorrogue el plazo para la legalización de extranjeros, debido a que gran parte de los inmigrantes no ha podido acceder a los requisitos para legalizar su situación, informa la agencia Efe.
Entre los solicitantes del doble permiso de residencia y trabajo la futura tranquilidad de una estancia legal en España tiene una contrapartida: "Podremos vivir sin temer la expulsión, pero tendremos que soportar el racismo", comentaban. las últimas personas que presentaron ayer su solicitud en la plaza de Cristino Martos fueron dos argelinos, Hacin, de 30 años, y su esposa Nassira, de 24, que tienen un hijo de cuatro meses nacido en España, informa Amelia Castilla.
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