Vance entre dos fuegos
El enviado especial de las Naciones Unidas a Yugoslavia Cyrus Vance, se reunió ayer de nuevo con el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic; el ministro de Defensa, Veljko Kadijevic, y el primer ministro federal, Ante Markovic. Vance está recogiendo información contradictoria, proporcionada por los diferentes protagonistas de la guerra yugoslava, acerca de cómo y dónde desplegar los cascos azules, además de buscar las garantías para un alto el fuego duradero.La tregua se respeta y se viola, dependiendo del lugar. En Dubrovnik, tanto el lado croata como el militar elevaron el nivel de los negociadores. Ayer se reunieron el ministro de la Marina croata, Davorin Rudolf, y el comandante del sector naval de Boka, el almirante Miodrag Jokic (en lugar de los representantes locales) para discutir la organización de la desmilitarización de la zona.
Las armas, sin embargo, no callaron ni en 0sijek ni en Eslavonia occidental.
Mientras Cyrus Vance se entrevistaba como Kadijevic y Markovic, los diputados del Sabor (parlamento croata) reunidos ayer, exigían que la ciudadanía croata sea anulada a Markovic, Kadijevic y Budimir Loncar (ex ministro federal de Exteriores). Las propuestas radicales no fueron aceptadas, pero sí la dimisión final de Stipe Mesic, como responsable de la presidencia yugoslava. "Cumplí con mi tarea, Yugoslavia ya no existe", dijo Mesic al Sabor.
Las autoridades serbias, bombardeadas por sanciones económicas y condenas internacionales intentan, mientras tanto sin éxito, minimizar su impacto. Por una parte, tratan de convencer a la opinión pública de que las sanciones económicas impuestas por la Comunidad Europea no afectarán tanto a la economía serbia. Por otra, para que no se dejen sentir los efectos de las sanciones, han prohibido la exportación al extranjero y a otras repúblicas de los productos agrícolas. El mismo día en que entró en vigor. esa medida subió el precio de más de 300 productos alimenticios.
A su vez, el ministro de Exteriores austriaco, Alois Mock, anunció que Viena iría un paso más adelante que Bonn y congelará las propiedades yugoslavas (léase serbias) en ese país; retirará a su embajador de Belgrado y no reconocerá la representación diplomática en Viena. Mock no especificó cuándo entrarían en vigor estas medidas.
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