La 'gripe del yuppie' puede tener un origen hormonal, según nuevos estudios

El síndrome de la fatiga crónica, también conocido como gripe del yuppie, porque afecta sobre todo a jóvenes urbanos, y sus consecuencias -depresión, fiebre, dolores de cabeza o musculares- puede tener su origen en un mal funcionamiento hormonal, según un estudio presentado el pasado lunes por del Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH) de Washington.

Los investigadores del Instituto Nacional de la Salud Mental ignoran si esa escasez hormonal, en el cerebro y glándulas endocrinas, es la causa o el efecto de la enfermedad, según un artículo publicado en el último número de la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.Los autores señalan que aún es demasiado pronto para saber si el síndrome podrá curarse con una terapia hormonal similar a la utilizada contra la diabetes. Las pruebas sanguíneas realizadas en pacientes que sufren el síndrome de la fatiga crónica han demostrado un nivel bajo de cortisol, una hormona secretada en caso de estrés y que reacciona sobre el sistema inmunitario.

En situación normal, el cortisol juega el papel de freno sobre el sistema inmunitario, impidiendo a los linfocitos y otras células antienfermedad convertirse en superactivos y perturbar así el funcionamiento normal. Sin este freno, estas células trabajan demasiado y el cuerpo se resiente de una fatiga excesiva, según el doctor Philip Gold, del NIMH. Según Mark Demitrack, profesor de psiquiatría de la Universidad de Michigan, la fatiga crónica era tratada hasta ahora como la consecuencia de una infección. "La corrección del nivel hormonal puede ser un tratamiento de aproximación más acertado", añade el doctor Demitrack.

Los síntomas de la fatiga crónica son una sensación de cansancio que puede durar meses o años, y la aparición de síntomas similares a la gripe como fiebre y dolores de cabeza y musculares. También puede reducir la capacidad de concentración y causar pérdida de memoria y de sueño, confusión, irritabilidad y depresiones.

La enfermedad es también conocida como gripe del yuppie, porque afecta principalmente a jóvenes urbanos adultos, especialmente a mujeres, aunque también ataca a personas de todas las edades. Se desconoce cuántas personas la padecen, aunque sí que son varios miles los que la sufren en Estados Unidos.