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La Comisión Europea pide a España que no impida un acuerdo sobre medio ambiente en Maastricht

El Gobierno español "debe levantar en la cumbre de Maastricht -los días 9 y 10 de diciembre- el bloqueo a la política mediambiental de la CE para no asumir la responsabilidad de agravar la fosa entre las dos culturas, las dos velocidades de la ecología en Europa", afirma el comisario europeo Carlo Ripa di Meana. Ripa comprende que "España es un país muy. complejo, con una factura medioambiental que hemos de pagar todos".España, el segundo país en superficie, pero con una densidad de población de sólo 77 habitantes por kilómetro cuadrado, constituye un caso único en la Comunidad. Según estudios comunitarios, la situación de sus costas en el Mediterráneo "es la más grave de Europa", y el estado de sus recursos hidráulicos, de "penuria".

Cuenta además con el 40% de los parques naturales de los Doce, pero ese 15% del territorio nacional a calificar como espacio protegido se enfrenta a los intereses inmobiliarios y turísticos. Asimismo, el tráfico y la polución acercan a Madrid al nivel de crisis de ciudades como Atenas o Milán. Según fuentes comunitarias, "el país vive una fase febril de desarrollo que incita a las autoridades a ser negligentes con la ecología".

Poder de veto

El llamamiento del comisario Ripa se produce para "evitar una postura defensiva de España, que deje vacías de contenido las cuatro quintas partes de la futura política medioambiental de la CE". El Gobierno español se opone a que el tratado de unión política incluya la mayoría cualificada para aprobar las decisiones claves en materia ecológica. España exige la unanimidad, es decir, el poder de veto, para todos los temas relacionados con la ordenación del territorio, los recursos de aguas y cualquier medida de implicación fiscal.

El Gobierno español ha añadido a la lista restrictiva toda la política medioambiental que afecte al sector energético o a las inversiones públicas. Además, el Ejecutivo socialista mantiene su oposición al proyecto de instaurar una tasa ecológica y a la directiva sobre hábitats para la protección de espacios naturales.

Ripa di Meana entiende la posición española "si se trata de una táctica negociadora para obtener mayores beneficios", pero se ve obligado a "denunciar el riesgo de que la ecología sea la gran sacrificada de la cumbre de Maastricht, tapada por los grandes problemas del acuerdo sobre la unión monetaria o la política exterior de la CE".

Como reacción a las resistencias españolas, Dinamarca ha presentado una propuesta de cláusula de salvaguardia para poder desentenderse del resto y actuar en este campo por su cuenta. "Si el veto español prosperara", afirma Ripa, "la protección del medio ambiente será una política imposible de gestionar, sometida a los intereses opuestos entre los países más avanzados y los retrasados".

La Comisión Europea, según Ripa, quien confía en que los contactos de los próximos días con las autoridades españolas den fruto, está dispuesta a tomar en cuenta los problema específicos que plantea España. El acuerdo sobre la cohesión puede permitir salvar el bloqueo, pues, bien a través del fondo de convergencia o por medio de un fondo específico para el medio ambiente, habrá recursos comunitarios para paliar los problemas. Fuentes de la CE barajan la necesidad de un presupuesto anual de unos 2.000 millones de ecus (260.000 millones de pesetas).

La candidatura de Madrid como sede de la Agencia Europea del Medio Ambiente depende también en buena parte, según Ripa, de la sensibilidad del Gobierno, si es que el tema de las sedes comunitarias queda por fin desbloqueado,en la cumbre de Maastricht. "Las posibilidades de Madrid son muy fuertes", asegura el comisario.

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