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Zagreb intenta acelerar la llegada de 'cascos azules'

Croacia anunció ayer que aceptaba el despliegue de las tropas de la ONU también a lo largo del frente y no sólo en las fronteras constitucionales de la república. El Gobierno del presidente Franjo Tudjman intenta acelerar así el envío de los cascos azules, con la esperanza de que ésta se produzca antes de unanueva ofensiva federal ante la que podría oponer poca resistencia. Ayer se produjeron nuevos ataques de artillería contra localidades croatas de Eslavonia occidental.

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ENVIADO ESPECIAL, Las autoridades serbias, en las zonas de Eslavonia oriental bajo control del Ejército federal, especialmente en Baranja, han comenzado a entregar a población serbia foránea las casas croatas aún en pie y abandonadas en la huida por sus propietarios, mientras están destruyendo los catastros y toda la documentación de censos anteriores a 14 guerra.Esta política de hechos consumados podría, hacer virtualmente imposible cualquier solución basada en un hipotético referendum en estas regiones, tal como han sugerido los mediadores de las Naciones Unidas.

El vicepresidente de] gobierno croata, el socialdemócrata Zdravko Tomac, se mostraba ayer profundamente pesimista, y auguraba una tragedia aún mayor que la actual si las fuerzas de la ONU no están desplegadas en Croacia en pocas semanas. El primer ministro, Franjo Greguric, expresó por su parte la disposición de su república a que estas fuerzas se distribuyan en los territorios entre el frente y las fronteras oficiales para establecer así un colchón entre las fuerzas contendientes. Hasta ayer el gobierno de Zagreb había insistido en que estas fuerzas debían proteger las fronteras constitucionales de las repúblicas.

Situación desesperada

Dada la desesperada situación militar croata tras la caída de Vukovar y la última ofensiva serbia en Eslavonia y Dalmacia, el gobierno de Zagreb quiere tener a las fuerzas internacionales en su territorio a cualquier precio, ya que teme un próximo ataque masivo de Belgrado. Las esperanzas de recuperar la integridad territorial previa a la guerra disminuyen en Croacia, al tiempo que aumentan la resignación, la amargura y la decepción por el papel jugado por Europa occidental durante esta guerra.

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El ministro croata de Asuntos exteriores, Zvonimir Separovic, que viajará próximamente a España, expresó ayer su confianza en que Madrid se una a las capitales que ya han decidido el reconocimiento internacional de Croacia. Separovic manifestó que Croacia necesita ayuda de todo tipo tras estos cinco meses de guerra, pero que ante todo debe levantarse el embargo de armas, ya que su país queda desarmado frente al potente Ejército federal de Serbia.

Por otra parte, las autoridades húngaras -que calificaron ayer como agresores y responsables de la guerra en Croacía a Serbia y al Ejército federal- planean acoger también en su capital Budapest a miles de refugiados procedentes de Yugoslavia, ya que los campamentos instalados para ellos en la frontera sur de Hungría están al límite de su capacidad, informa desde Viena Hay 50.000 refugiados registrados oficialmente, pero se calcula que en todo el territorio nacional debe haber alrededor de 120.000. El encargado de refugiados en el Gobierno magiar, Istvan Markus, anunció ayer que Naciones Unidas ha enviado 2,5 millones de dólares como ayuda para cubrir parte de sus gastos de manutención.

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