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"No tiene sentido seguir"

La presidenta Corazón Aquino niega en esta entrevista que esté dispuesta a presentarse a un segundo mandato, ni siquiera para demostrar que el legado de su marido asesinado es capaz aún hoy vencer sobre la memoria de Ferdinand Marcos, el hombre que, en su opinión, es el responsable de que ella enviudara: "Realmente no veo ningún motivo para presentarme. Fui candidata en 1986 porque era necesario para la unificación de las fuerzas de la oposición... Marcos era un adversario político formidable, por lo cual era preciso que la oposición se uniera tras un solo candidato. Los acontecimientos nos dieron la razón".

Aquino ha sobrevivido a media docena de intentos de golpe de Estado, ha perdido buena parte de su popularidad, ha visto disolverse sus iniciales logros. económicos, así como cambiar de bando a muchos aliados, y ha capeado la erupción del volcán Pinatubo, innumerables tifones e inundaciones, catástrofes en las que han muerto más de 5.000 personas. "Ya he hecho planes para cuando me retire. Me gustaría dedicarme a escribir mis niemorias".

Pero ¿no echará de menos su despacho presidencial? "Supongo que cambiar de vida es duro, pero ya he tenido muchos en mi vida: de esposa de senador a esposa dé preso político, de exiliada política a viuda de un dirigente asesinado, para, finalmente, convertirme en presidenta". Su principal contribución, dice Aquino, será entregar el poder: transferirlo democráticamente a su sucesor.

El reto de Imelda

Pero ¿qué hay del reto de la viuda de Marcos? Desde que regresó a Manila, la mujer que se autotitula madre de la patria ha insinuado que, además de defenderse de acusaciones de apropiación indebida de bienes, blanqueo de dinero, evasión fiscal y de comprar colecciones ingentes de zapatos, le gustaría optar a la presidencia.Aunque Imelda no llegara a presentarse, lo que hasta sus más fieles seguidores piensan que podría evocar malos recuerdos, siempre puede presentar a su hijo, Ferdinand Marcos hijo, también conocido como Bongbong.

Para Corazón Aquino, presentar su candidatura sería dar a su archienemiga lo que más anhela: prestarle atención. "Yo soy presidenta, ella es una ex primera dama. Ésta es una diferencia muy importante. Ni siquiera Imelda puede hacer que me presente".

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Imelda Marcos estará furiosa. Con el show de su regreso a casa, acogido con gran indiferencia, busca desesperadamente hacerse notar. La última excusa ha sido la posibilidad anunciada de que Bongbong pudiera casarse, como gesto de reconciliación, con Kris, la hija veinteañera de Cory. Aquino no está dispuesta a hacer de casamentera. ¿Estaría de acuerdo en encontrarse con Imelda? "Por el momento, eso no entra en mis planes". Pero, más grave aún para su amor propio, Imelda, que desde la expulsión de su marido en 1986 no ha podido vivir en el país por el temor que suscitaba en el poder los problemas que pudiera generar, ha dejado, probablemente, de ser para siempre un incordio político para la democracia filipina.

The Independent/ EL PAÍS

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