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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tensiones monetarias

LA ELEVACIÓN, el pasado lunes, del tipo de interés de intervención del Banco de Francia fue el primer dato en la emergencia de tensiones entre las monedas adscritas a la disciplina del Sistema Monetario Europeo (SME). La apreciación del marco alemán, razón de las tensiones, afecta también a la libra esterlina, y en menor medida, a la peseta. Muestran, en definitiva, las dificultades para conciliar la estabilidad de los tipos de cambio con las distintas políticas económicas.En el fortalecimiento del marco concurren dos tipos de circunstancias: el debilitamiento del dólar por las dificultades que encuentra su economía para iniciar la recuperación y, en segundo lugar y más determinante, el mayor ritmo de crecimiento de la economía alemana, de las tensiones inflacionistas a él asociadas y de la disposición de su banco central a no ceder en el rigor de la política monetaria para su contención. Un cuadro muy distinto al del resto de las economías comunitarias, necesitadas, en general, de estímulos a su crecimiento.

En el caso francés, el aumento en 0,5 puntos del tipo de interés ha sido tanto más sorprendente cuanto que apenas un mes antes había procedido a hacer lo contrario ante las parcas evidencias de reanimación de la economía y, sobre todo, ante la buena evolución de su tasa de inflación, la más baja de los países del SME. Las autoridades galas decidieron dicho incremento en el tipo de interés ante la posibilidad de que las apreciaciones adicionales del marco pudieran provocar una devaluación del franco por el obligado reajuste de paridades en el seno del sistema.

Las cosas no se han puesto más fáciles para las autoridades británicas. Desde la incorporación de la libra esterlina a la disciplina del SME se ha conseguido reducir su tasa de inflación desde el 10,9% hasta el 3,7%. Ello, a su vez, ha hecho posible el descenso en el precio del dinero en 4,5 puntos en los últimos 12 meses. En estos momentos pende una amenaza sobre la libra similar a la existente hasta el lunes sobre el franco. La capacidad con que el Banco de Francia reaccionó a la posible depreciación no es equivalente a la que tiene el Reino Unido. El lento abandono de la recesión por parte de la economía británica y la proximidad de las elecciones generales explican las dificultades de una actuación similar sobre los tipos de interés y, en consecuencia, lo arduo de la detención de las presiones depreciadoras sobre la libra.

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La peseta tampoco ha quedado al margen de estas tensiones. El abandono del status de "moneda más fuerte de Europa", en favor del marco alemán, se ha acelerado en las últimas jornadas, en las que el correspondiente tipo de cambio de mercado ha registrado pérdidas significativas. Un panorama que, al tiempo que renueva el liderazgo de la moneda alemana en el SME, vuelve a poner sobre la mesa la conveniencia de modificar los tipos de cambio del sistema, inalterados desde 1987. Algunos Gobiernos europeos se enfrentan, a poco más de dos semanas de la cumbre de Maastricht, a una de las posibles contradicciones del proceso de integración monetaria: la de las prioridades demandadas por la situación de la economía doméstica y las derivadas de los compromisos supranacionales por la estabilidad de los tipos de cambio.

En el supuesto de que persistan las tensiones cambiarias, no pueden descartarselas posibilidades asociadas a ese tercer escenario de reajuste de paridades. Esto supondría para la libra y la peseta perder la actual banda ancha de fluctuación para someterse al régimen común de las restantes monedas. Un escenario, en resumen, que aproximaría la satisfacción de las condiciones para iniciar la fase final de la unión económica y monetaria de Europa en los términos que, probablemente, quedarán aprobados en Maastricht.

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