Los laboristas israelíes reconocen los derechos nacionales palestinos
El 5º Congreso del Partido Laborista, la principal formación de la oposición en Israel, se pronunció ayer, por primera vez en su historia, a favor del "reconocimiento de los derechos nacionales del pueblo palestino". La decisión se produce la víspera del encuentro que mantendrán hoy en Washington el primer ministro israelí, Isaac Shamir, y el presidente norteamericano, George Bush. Una entrevista esta que s , e desarrollará bajo muy malos auspicios para Shamir, no sólo por la desconfianza creciente entre ambos, sino porque los dirigentes de la poderosa comunidad judía de Estados Unidos se muestran contrarios a la política de Shamir.
El Partido Laborista elimina de su programa la prohibición de negociar con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y reafirma su apoyó a compromisos territoriales, incluido el Golán, a cambio de paz. Y pide el fin de la colonización judía en los territorios ocupados.Las resoluciones se alcanzaron después de tres días de tempestuosos debates, en los que el peso y la habilidad de Simón Peres han permitido una solución de compromiso entre halcones y palomas.
Otra de las sorpresas del congreso ha sido la votación a favor de la separación entre religión y Estado propuesta por el diputado laborista religioso Abraham Burg "con vistas a acabar con la corrupción de la vida religiosa por el poder y el dinero". La resolución marca una ruptura revolucionaria con la tradición judía, que establece la unidad entre pueblo, religión y Estado judíos.
Entre tanto, Shamir ha estado recorriendo Estados Unidos durante una semana en un intento de movilizar a los judíos norteamericanos y sus dirigentes con el fin de que utilicen todo su peso para inclinar al Congreso de Estados Unidos y a la Casa Blanca a favor de las opciones de Shamir.
Una encuesta del prestigioso Wilstein Institute entre los dirigentes de la comunidad judía revela el escaso éxito de su misión: la mayoría de los 205 dirigentes judíos norteamericanos encuestados rechazan las tesis de Shamir; el 88% de ellos son favorables a compromisos territoriales a cambio de la paz y de garantías adecuadas para el Estado, de Israel; el 79% aceptarían el establecimiento de un Estado palestino tras un periodo de transición con un régimen de autonomía pacífica palestina; el 61% cree que Israel debe negociar con la OLP, si esta organización pone fin a la Intifada y al terrorismo y reconoce al Estado de Israel, y el 76% afirma que el dominio impuesto por Israel sobre 1,8 millones de palestinos pone en peligro la propia democracia en Israel.
El sondeo es tanto más significativo porque afecta a un sector de judíos norteamericanos comprometidos activa mente a favor de Israel en el terreno político y financiero. Su publicación el día antes de su encuentro en la Casa Blanca puede que sea una casualidad, pero no por ello su impacto es menos negativo para Shamir.
Shamir querrá saber en la Casa Blanca si Israel puede contar por fin con el aval bancario norteamericano para créditos por un total de 10. 000 millones de dólares. Bush, por su parte, querrá saber si Israel está dispuesto a congelar la colonización judía en los territorios ocupados y sondeará la acogida que pueda dar Tel Aviv a la propuesta de. un paquete de acuerdos que incluya el fin de la colonización judía, de la Intifada palestina y del boicoteo árabe a Israel.
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