Las fuerzas demócratas acusan a Le Pen de querer crear en Francia un 'apartheid'
El Frente Nacional ha enseñado sus cartas, y un escalofrío de terror ha recorrido la espalda de millones de franceses. Las recientes propuestas sobre inmigración del partido ultraderechista de Jean-Marie Le Pen han provocado el rechazo de todas las fuerzas democráticas."El Frente Nacional quiere que Francia se convierta en el nuevo país del apartheid", dijo ayer el dirigente centrista Bernard Stasi. Aludiendo a las medidas antijudías de la II Guerra Mundial, Stasi añadió: "Sólo falta que los extranjeros que viven en Francia tengan que llevar una estrella amarilla".
"Una vergüenza", dijo el republicano François Leotard. "Entre lo odioso y lo extravagante", afirmó Alain Juppé, secretario general del partido de Jacques Chirac. "Fascista", exclamó Jean Auroux, presidente del grupo parlamentario socialista. "La Francia con la que sueña Le Pen sería apartada de la lista de las naciones civilizadas", advirtió el secretario general socialista, Pierre Mauroy.
Nunca, en verdad, el Frente Nacional había ido tan lejos. A comienzos de esta semana, poco después de que una enr cuesta de opinión afirmara que el 38% de los franceses está de acuerdo con sus ideas en materia de inmigración, el partido de Le Pen hizo públicas las 50 primeras medidas que adoptaría en caso de llegar al poder. El Frente Nacional denunciaría los acuerdos europeos sobre libre circulación de las personas y obligaría a todo aquel que quisiera entrar en Francia -excepción hecha de los franceses y los miembros de la CE- a depositar en la frontera una fianza en efectivo de 100.000 francos (1,9 millones de pesetas) y superar un estricto control médico.
Un ministerio de la población controlaría a los extranjeros. Tras establecer que sólo pueden ser franceses los nacidos de padres franceses, los ultraderechistas anularían todas las nacionalidades concedidas desde 1974. Esas medidas irían acompañadas de la pena de prisión por no identificarse ante la policía, la prohibición de construir mezquitas y escuelas coránicas y la creación de la marca Hecho en Francia por franceses.
Los empresarios que contrataran trabajadores no franceses tendrían que pagar un impuesto especial, según el programa del Frente Nacional. Esos trabajadores extranjeros tendrían su propio sistema de seguridad social, ayuda familiar y pensiones de desempleo. Una ley establecería que en caso de reducciones de plantilla los extranjeros serían los primeros en perder sus empleos.
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