La crisis ecónomica y el programa Hermes, retos de la cumbre espacial europea

Ministros de los 13 países miembros de la Agencia Europea del Espacio (ESA) se reúnen hoy, y hasta el próximo miércoles, en un ambiente de dificultades económicas, en la ciudad alemana de Múnich para decidir el futuro europeo en este campo. El tema más polémico es el programa Hermes, que dotaría a Europa a principios del siglo XXI de un transbordador propio cuya pista de aterrizaje estaría en Almería.

El impulso espacial ha estado a punto, de paralizarse desde que hace cuatro años se celebrara la ultima cumbre ministerial de la ESA en La Haya en un ambiente de optimismo. Entonces, los países miembros dieron el visto bueno a los dos programas que harían que Europa pudiera llevar astronautas al espacio, el transbordador Hermes y los elementos Columbus de una futura estación espacial permanente. Desde entonces, la carrera espacial se ha enfriado en todo el mundo, por la catástrofe económica en el caso de la URSS y por falta de dinero también en el caso de Europa y Estados Unidos. En Múnich, los ministros deben aprobar la segunda fase de ambos programas y de otros dos relativos a satélites para transmisión de datos y para observación del medio ambiente terrestre.Las declaraciones del canciller alemán, Kohl, y del presidente francés, Mitterrand, tras la reunión que celebraron el pasado viernes han hecho que la cumbre empiece hoy en Múnich con cierta tranquilidad frente a los nervios que se advertían la pasada semana. Alemania había hecho pública su oposición a seguir financiando de forma sustancial el programa Hermes, que es priotoritario para los franceses, por dificultades presupuestarias derivadas de la reunificación. Francia, por su parte, había hecho saber que una retirada alemana del Hermes daría lugar a una actitud similar francesa frente al Columbus.

"Nadie va a abandonar el Hermes ni el Columbus", afirmó Kohl el pasado viernes. Sin embargo, Alemania y Francia van a pedir hoy a los demás países miembros que se estudie en detalle la financiación de los dos programas en 1992. Mitterrand declaró que las conversaciones se alargarán varios meses para definir "los mejores escenarios" para la ESA y "los países que podrían resultar asociados a ellos".

Postura española

El peligro de desaparición, por recortes presupuestarios, que ha corrido la futura estación espacial Freedom, impulsada por Estados Unidos, supuso a mediados de este año un jarro de agua fría para las esperanzas europeas. Europa, Japón y Canadá acordaron su participación en este proyecto de forma oficial a finales de los ochenta a petición del entonces presidente Reagan. Finalmente, tras numerosas presiones diplomáticas al más alto nivel, la estación sigue adelante, aunque con.bastante retraso en su calendario.España, que participa en ambos programas en disputa, el Hermes y el Columbus, y que tendría en su territorio la pista de aterrizaje principal del primero, estará representada en Múnich por el ministro de Industria, Claudio Aranzadi. "La postura española es asegurar los retornos industriales y tecnológicos y, si lo logramos, seguiremos aumentando nuestra participación financiera", ha señalado el delegado español, Vicente Gómez. España aportó 11.900 millones de pesetas en 1991 a los programas de la ESA, que comprenden los obligatorios y los opcionales, y aumentará en 1992 esta aporta ción a 14.000 millones. El Consejo de Ministros del pasado viernes aprobó el plan a largo plazo de la participación española, que prevé que ésta alcance un máximo de 22.000 millones de pesetas en 1998.