Doce artistas contemporáneos entran en el santuario de El Prado
La exposición El museo del Prado visto por 12 artistas contemporáneos fue inaugurada ayer en la sala de exposiciones temporales del museo con la presencia de siete de los 12 pintores que integran la muestra. Con ella, el museo abre sus puertas, por primera vez en la historia, al arte contemporáneo. Todos los autores presentes coincidieron en señalar la importancia de exponer en vida en lo que algunos de ellos denominan "el santuario del arte en España".
Entre los artistas presentes se encontraban el escultor valenciano Andreu Alfaro, y los pintores Luis Gordillo, Manuel Rivera, Gerardo Rueda, Gustavo Torner, Ramón Gaya y Albert Ráfols-Casamada. Todos ellos han cedido cuatro grabados de 50 x 65 centímetros a la Fundación Amigos del Museo del Prado, cuyas reproducciones, puestas a la venta desde hace un mes en 12 carpetas distintas, permitirán a la fundación comprar una obra para los fondos del museo. Según los responsables de la asociación, ya se han vendido cerca de la mitad de los 75 juegos de grabados, a cinco millones de pesetas cada uno, por lo que la recaudación se cifra hasta el momento en torno a los 180 millones de pesetas.Esta iniciativa, que fue aplaudida por todos los artistas presentes, es la continuación de las 12 conferencias que se realizaron entre octubre en 1989 y marzo de 1990 en el museo del Prado. Tanto el director del museo, Felipe Garín, como los autores puntualizaron que la muestra no se puede desligar del conjunto de las conferencias. "Es un círculo perfecto", comentó Albert Ráfóls-Casamada, "que se inició con una reflexión teórica sobre una obra plástica de uno de nuestros clásicos y ha culminado con otra obra plástica nuestra".
El escultor Eduardo Chillida no pudo acudir a la cita de ayer por encontrarse en Japón para recoger el premio al mejor artista internacional del año. Tampoco estuvieron Guillermo Pérez Villalta, Miquel Barceló, Eduardo Arroyo ni Antonio Saura, ya que, según los organizadores de la muestra, todos ellos se encuentran fuera de Madrid por motivos de trabajo. En la inauguración estuvieron presentes el director general de Bellas Artes, José María Luzón, y el director del museo del Prado, Felipe Garín.
