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El nuevo folclor de Enya entusiasma a medio mundo

La cantante irlandesa ha revolucionado el concepto de la música tradicional

Enric González

Dos millones de copias se han vendido hasta ahora del disco Watermark, y una de sus canciones, Orinoco flow, se ha escuchado en medio mundo. Un éxito que sorprende incluso a la autora de la obra, una irlandesa tímida y obsesionada por los sonidos puros. Eithne Ni Bhraonain, rebautizada como Enya para la vida artística, ha revolucionado con sus canciones el concepto de la música tradicional irlandesa y acaba de publicar una nueva obra, Shepherd moons (Lunas pastoras).

Con una música cálida, sugerente y tranquila; envolvente y etérea; interpretada a veces en gaélico, la cantante irlandesa ha vendido en España más de 200.000 ejemplares de Watermark, su primer disco. Una cantidad sorprendente para una música tan alejada de los parámetros comerciales del pop y del rock.Enya acababa de abandonar el grupo Clannad, con el que comenzó a transformar la manera de acercarse a la música tradicional. Lejos quedaba el folclor puro. Al alcance de la mano, un nuevo público: el de la new age.

Melodías sencillas

El disco Shepherd moons está en la misma línea que el anterior álbum: innumerables espirales armónicas dentro de melodías sencillas, ritmos suaves y ambiente cercano a la música tradicional irlandesa. "Simplemente, las canciones son distintas; el estilo es el mismo" apunta Enya. La cantante irlandesa viajará próximamente a España para promocionar Shepherd moons. De este disco se ha desgajado, como primer sencillo, el tema Caribbean Blue.La cantante irlandesa asegura que se siente incapaz de definir su estilo musical, pero admite una profunda influencia del folclor irlandés (sus padres formaban parte de una orquestina en la localidad de Gweedore) y de la música clásica (tiene una sólida formación académica en solfeo, armonía y piano).

"Watermark fue el resultado de varios meses de pruebas", dice Enya, "un trabajo arduo porque sabía lo que quería, pero no cómo conseguirlo. Fue una experiencia muy satisfactoria al final, pero yo no calificaría el proceso de agradable". El mismo calvario se ha repetido tres años después, durante la grabación de Shepherd moons. "Suponía que la experiencia anterior me serviría, pero no ha sido así. Han vuelto los nervios, las dudas, la insatisfacción, las pruebas sin fin...". Conversando con esta mujer menuda, amable y tímida resulta difícil creer que en el estudio de grabación pueda convertirse, según ella afirma, en una perfeccionista feroz, con un carácter más bien difícil". Escuchando el resultado de esas arduas sesiones, sus palabras son más verosímiles: una música aparentemente ambiental que, sin embargo, está cuidadosamente tejida a partir de miles de matices, de notas sutiles, de voces y armonías superpuestas decenas de veces.

Dos lunas en torno a Saturno

"La idea para una de las canciones y para el título genérico del álbum, Shepherd moons, procede de Rome Ryan, que compone las letras para las canciones. Fue ella quien me habló", explica la cantante irlandesa, "de dos lunas que giran en tomo a Saturno y que pastorean al resto de los asteroides que componen el anillo del planeta. Me sugerían una idea de protección que me entusiasmó".Rome Ryan y su marido, Nicky Ryan -el productor y agente artístico de Enya-, forman el entorno de Enya desde 1982. Fueron ellos, según la compositora, quienes la convencieron para que se dedicara profesionalmente a la música y hoy son sus lunas pastoras.

Rome y Nick protegen a esta frágil estrella contra el desánimo, la soledad, "el vacío de los viajes y los hoteles, la dureza de ciudades como ésta, Londres".

Enya se declara muy poco partidaria de las grandes urbes y una entusiasta de Dublín, la ciudad donde vive actualmente. Una ciudad pequeña, acogedora, melómana y extrañamente mágica, que bastantes músicos británicos -como Elvis Costello- han elegido últimamente como hogar.

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