Maradona ataca con dureza a Menem
Sí algo le faltaba a Diego Maradona para recuperar su imagen de ídolo popular en Argentina, desdibujada desde que se comprobó su adicción a las drogas, eran unas declaraciones que pusieran en su sitio al presidente Carlos Menem. Con el tono desolado de quien, ahora sí, se despide para siempre del fútbol y de su amado país, el ex jugador y ex "embajador deportivo" de este Gobierno concentró en el jefe del Estado su rencor contra todos los que, a su juicio, le han "usado" políticamente.En una entrevista grabada por el periodista Roberto Leto el pasado fin de semana, probablemente a bordo de un yate, y difundida el martes en Radio Mitre de Buenos Aires, Maradona confirmó que se irá del país en cuanto la juez Amelia Berraz de Vidal, que lleva el proceso contra él por "tenencia" de drogas, lo autorice. El que fuera considerado el mejor jugador de la pasada década y uno de los más grandes de la historia, sólo aspira ahora a que "se olviden" de él.
Las declaraciones de Maradona deben leerse subtituladas como en un filme extranjero. Ni siquiera en Buenos Aires los aficionados alcanzan a comprender bien a qué. viene ahora esta explosión de bronca cuando se suponía que el jugador estaba protegido y cuidado por especialistas. Para empezar debe advertirse a los espectadores desprevenidos que Maradona suspendió por propia voluntad su tratamiento de recuperación hace ya unos dos meses. En este punto comienza uno de los tramos sustanciales de la entrevista. El ex jugador disfruta del sol junto con su familia, y el periodista "amigo" sólo comenta, no pregunta: "Esto demuestra lo tranquilo que estás, porque había dudas, se decía que te ibas a ir". Como si hubiera recibido el balón en mitad del campo Maradona avanza decidido y habla, a continuación, sin pausas.
"Me voy"
"No, después del verano yo me voy. Esto ya está decidido, yo no amenazo a nadie, al contrario, quiero disfrutar de mi vida. Se habla mucho de mi tratamiento, nadie se puso a pensar que yo con el tratamiento gasté 36.000 dólares [3,7 millones de pesetas]. Después sale hablando cualquiera, sale hablando también el presidente y yo ya dejé de jugar al fútbol. Quiero que me dejen vivir, por favor. Yo no quiero ser víctima de nada, pero que se olviden de Maradona".
Menem y Maradona se encontraron por primera vez el 21 de julio de 1989, cuando ambos jugaron para la selección argentina de fútbol un partido benéfico. Sólo seis meses más tarde el jugador se lamentaba de los sucesivos fracasos del plan económico y antes de comenzar la Copa del Mundo de 1991 que se dispujó en Italia, cuando Menem insistía en que se debía incluir a Ramón Díaz en el equipo, Maradona le recordó al jefe del Estado que él debía ocuparse de "cosas más importantes". La relación entre ambos se recompuso el día anterior al comienzo del torneo, cuando Menem viajó a Italia y designó a Maradona "embajador deportivo" de Argentina.
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