El Club de Roma pide una fuerte reducción de los gastos en defensa

El último informe del Club de Roma -La primera revolución mundial- apuesta por una fuerte reducción de los gastos militares tras el final de la guerra fría. Ese desmantelamiento debería estar acompañado de un aumento paralelo en los gastos de educación.

El Club de Roma (una institución privada que se creó hace 20 años y que reúne a profesionales independientes del mundo de la economía, la ciencia y la educación) acaba de hacer público un informe en el que pasa revista a multitud de problemas de la sociedad actual. El Club de Roma decide en su informe que hay tres problemas que exigen una solución inmediata. El primero es "la reconversión de una economía militar en una economía civil"; el segundo es el medio ambiente y su conservación, y el tercero el desarrollo económico, lo que incluye "los problemas de la pobreza y las desigualdades".

El informe asegura que "el súbito final de la guerra fría, el éxito ya alcanzado en el camino del desarme y las perspectivas de una reducción aún mayor, tanto de las armas nucleares como de las convencionales, han generado la eufórica impresión de que la vasta y destructiva maquinaria bélica puede, en gran medida, ser desmantelada y sus recursos reorientados hacia acciones constructivas que tan desesperadamente necesita el mundo".

Páginas después, sin embargo, añade que "la liquidación parcial de la industria armamentística origina muchos problemas y la conversión de fábricas e industrias enteras para la producción de bienes de consumo u otros de uso civil es una cuestión que debe considerarse urgentemente".

Reconversión

Esta "cuestión" exige responder -advierte el Club de Roma- a dos interrogantes. Ha de decidirse "cuáles deben ser los productos de las industrias reconvertidas" y "cómo deben utilizarse los ahorros de dinero y recursos que se espera deriven del desarme". En opinión del Club de Roma, "es probable que gran parte del beneficio financiero se dedique a la reducción de impuestos y a la liquidación de la deuda nacional, y es poco probable que se satisfagan plenamente las expectativas públicas de un dividendo del desarme".

A cambio, sería más desable, a juicio de los integrantes de esta institución, que "los Gobiernos que poseen industrias armamentísticas importantes pero en recesión instauren políticas activas de reconversión".

El Club de Roma defiende que "al considerar el redespliegue de los recursos liberados por la disminución de gastos militares, los Gobiernos otorguen prioridad a la mejora de la estructura social". En concreto, esta institución predica la necesidad de destinar "grandes esfuerzos para mejorar la calidad de la educación". Tal mejora debería destinarse, añaden estos profesionales, a "pertrechar a los ciudadanos con los conocimientos necesarios para el nuevo mundo que está emergiendo". El Club de Roma está presidido por Ricardo Díez Hochleitner.