El debate sobre la M-40

José Borrell, ministro de Obras Públicas y Transportes, inaugura mañana el tramo Este de la M-40, entre las carreteras de Valencia y Barcelona, con un año de retraso sobre la fecha prevista y con la rémora de los recortes presupuestarios.La M-40, proyectada como una circunvalación de 75 kilómetros, pondrá ese día en servicio casi la mitad de su recorrido, lo que concentrará los atascos en sus dos extremos. Así, se intensificarán las ya habituales retenciones, en horas punta, del nudo Norte de Manoteras -donde convergen, entre otras carreteras, la M-40, la M-30, la N-1-, y las del enlace con la de Extremadura, con el agravante de que los colapsos en los momentos de mayor tráfico no tendrán visos económicos de solución.

Las restricciones presupuestarias previstas para Obras Públicas -cifradas en unos 100.000 millones- ya se han dejado notar: están estrangulando numerosos proyectos ideados para deseongestionar los accesos a Madrid, proyectos que ya han sido redactados y que deberán aguardar en un cajón hasta que llegue financiación suficiente.

La apertura, mañana, del tramo Este de la M-40 significa la unión de 30 kilómetros que circundan Madrid, entre la carretera nacional de Extremadura (N-V) y la de Burgos (N-1). Además se comunicarán, s 1 n necesidad de pasar por el casco urbano, otras tres nacionales intermedias: las de Andalucía (N-IV), Valencia (N411) y Barcelona (N-11). Los extremos de este trazado notarán de forma especial el tramo de la M-40 que falta en el oeste, entre la NV y la N-l. Al sur, desemboca en la carretera de Extremadura a la espera de continuar hacia el Oeste, un obra que fue autorizada ayer por el Consejo de Ministros. El actual extremo norte conecta sin solución de continuidad con el sobrecargado nudo.

El tramo noreste de la M-40, entre la carretera de Barcelona y el nudo de Manoteras, es utilizado diariamente por unos 70.000 vehículos, según el ministerio. Las previsiones ministeriales -ahora que este tramo de la M-40 va a continuar más allá de la N-11-, cifran en 30.000 coches más los que circularán por todo su asfalto. Gran parte de ellos intentará conectar con la Nacional I y la Nacional V (los dos extremos actuales), lo que supone un aumento de circulación en ambos puntos. El beneficio más inmediato, a corto plazo, será para los camiones que ahora utilizan la M-30.

Los técnicos de Tráfico del Ayuntamiento de Madrid aseguran que el nudo norte se va a convertir "en un punto crítico". "De hecho, está registrando problemas ya porque no tiene capacidad suficiente para el tráfico que pasa por la zona".

El trasvase de vehículos pesados de la M-30 a la M-40 aliviará, no obstante, algunos puntos negros del primer cinturón. Tanto en el ministerio como en la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid consideran que el enlace de la carretera de Barcelona con la M-30, en la avenida de América, debe mejorar. En el Ayuntamiento son más pesimistas: "Siempre va a tener problemas debido a su configuración".

El Ministerio dispone, desde hace meses, de un proyecto para reconvertir las actuales conexiones entre la N-11 (Barcelona) y la M-30, de modo que no coincidan, como ahora, tres incorporaciones de entrada y salida en pocos metros. La solución costaría unos 2.000 millones de pesetas. Esta actuación depende de una decisión del titular del departamento, José Borrell, sobre su prioridad a la hora de encontrarle partida presupuestaria.

El director general de Carreteras de la Comunidad, Agustín Herrero, ha definido también las posibles mejoras que provocará la inauguración del tramo Este de la M-40 en todos los enlaces de la M-30 abiertos entre la carretera de Extremadura y la de Burgos, y especialmente en el de la avenida de América. Herrero reconoce igualmente que el futuro empeoramiento se notará precisamente en estas dos salidas extremas, pero de forma espectacular en el nudo norte.