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"No soy Alfred Hitchcock"

Grigory Yavlinski, llegó a Bangkok, le vieron, y convenció.Este ucraniano de 39 años se enfrentó primero a la mirada crítica del Grupo de los Siete, pasó después el examen de economía del Fondo Monetario y se premió con el postre de un buen número de agresivas -o molestas- preguntas de los periodistas destacados en esta reunión. Remató la faena con un brillante discurso en la Asamblea del Fondo Monetario y volvió a Moscú sin un rasguño.

Llegó con la ingrata tarea de reconocer ante los organismos internacionales y los países más ricos del mundo que la URSS tiene problemas y necesita ayuda. Como primera prueba de humildad dijo: "No hemos venido a pedir dinero, no s erata de eso".

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Y se han vuelto sin dinero, pero con el reocnocimiento general de que el empuje, la resolución, el entusiasmo y la capacidad que derrocha son los ingredientes con que se forjan los líderes. Además, aterrizará en Moscú sólo días antes de la llegada de una misión del G-7 (los países más ricos del mundo) que avala su proyecto para transformar la economía soviética desde la herencia de la planificación hasta el sistema de mercado.

Yavlinski no ha esperado a que el fondo le imponga un plan de ajuste. "Sabemos lo que tenemos que hacer y tenemos un plan", dijo ante la Asamblea del Fondo, donde, en principio, no tenía derecho a subir a la tribuna.

Su mirada franca, sus respuestas rápidas y concisas, y la misma corbata durante todos los largos días de estas reuniones no han evitado la impresión de que Yavlinski se sabe, desde pequeño, el primero de la clase.

Pocos dirigentes occidentales habrían soportado con la misma calma el exhaustivo interrogatorio a que le sometió la Prensa.

Hubo de todo, desde comentarios irónicos sobre su vuelta con los bolsillos vacios hasta la advertencia de que sería muy molesto para occidente que la crisis económica de la URSS se tradujera en un éxodo de refugiados.

Y también hubo hábiles respuestas para todo. El potencial nuclear de la URSS suscitó varios comentarios hóstiles. Cuando se le preguntó por el peligro futuro de ese armamento si se complica la situación política, Yavlinski replicó: "Losiento, perono "soy Hitchcock, no intentaré averiguar lo que podría llegar a pasar".

Cuando el moderador quería concluir el encuentro con la Prensa, Yavlinski dio paso a tres preguntas más. Hubo cuatro. La última solicitaba la posibilidad de una guerra civil en la URSS, la respuesta fue "muchas gracias, hasta otra ocasión".

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