_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los médicos y el tratamiento del dolor

La denuncia de un paciente sobre el tratamiento del dolor en EL PAÍS del 15 de septiembre de 1991 (Dolor y medicina) es una señal de alerta a la profesión médica, y no nos sorprende, habida cuenta de que los españoles saben más de su salud y la demanda de formación sanitaria es más exigente. El tema del dolor es complejo para discutirlo en breves líneas, pero muy importante para todos los profesionales de la salud.Quiero hacer uso de mi experiencia en el análisis general de los tratamientos del dolor de intensidad severa, pues realmente los problemas del posible bajo tratamiento del dolor en España vienen condicionados desde el propio articulado de la Administración, pasando por la formación de estudiantes en la Universidad, el sesgo social que produce el término ambiguo de "estupefaciente" y lo que personalmente he denominado "opiaceo-fobia" entre los profesionales sanitarios (médicos, enfermería, farmacéuticos), que en gran parte se debe a la suma de todo lo anterior.

Efectivamente, los fármacos opiáceos (mejor que la denominación de narcóticos) como la morfina, sus derivados y análogos se utilizan insuficientemente en España. Incluso hay productos farmacéuticos comercializados que contienen dosis inferiores a las recomendadas.

Médicamente no entramos en el distinto concepto social de droga, ya que los objetivos del consumo sanitario no tienen parangón con los problemas de drogodependencia. Como corroboración de lo dicho, basta simplemente ofrecer unas cifras de consumo de morfina como patrón estándar en el tratamiento del dolor intenso del posoperatorio, donde un hospital general español consumía el equivalente a 1 (una) ampolla (10 miligramos) de morfina por paciente en el posoperatorio, mientras que uno similar norteamericano utilizaba 7 (siete) ampollas de morfina por paciente, y otro inglés consumía 12 (doce) ampollas de morfina por paciente, a sabiendas de que en estudios comparados internacionales no hay diferencias en la percepción del dolor individual. Por otra parte, la codeína, provista no sólo de propiedades antitusígenas, sino excelente analgésico opiáceo, ocupa el primer puesto de consumo en Estados Unidos como principio aislado.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Finalmente, respecto a los matices del tratamiento del dolor, decir que éste se ha de suprimir, y que hoy día todos los médicos estamos concienciados y disponemos de excelentes armas para su tratamiento.- Farmacólogo clínico. Profesor titular de Farmacología.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_