Redondo rechaza la previsión de inflación y la subida salarial del 6% recomendada por Solchaga

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, no acepta la recomendación del ministro de Economía, Carlos Solchaga, consistente en que los salarios se incrementen un 6% en el año próximo. El líder sindical argumenta que esa subida es inaceptable para los trabajadores y sus representantes porque toma como referencia una previsión de inflación del 5% "irreal". Redondo rechaza asi mismo el anteproyecto de presupuestos y acusa al Gobierno de aplicar "una política errática. Hoy dice una cosa y mañana otra distinta".

El máximo dirigente de UGT estima que la previsión de inflación fijada por el Gobierno "no es técnica, sino política" y rechaza que esa cifra sirva para fijar los aumentos de salarios. El sindicato tiene previsto concretar sus peticiones salariales en el próximo mes de noviembre y, al igual que en años anteriores, tomará como referencia las previsiones de inflación realizadas por organismos internacionales, todas ellas en tomo al 6%.Ante una asamblea de delegados ugetistas de hostelería y turismo celebrada ayer en Madrid, Redondo reclamó una política económica que abandone "la concepción economicista" y que mejore el poder de compra de todos los trabajadores públicos y privados y los pensionistas.

En declaraciones posteriores, el máximo dirigente de UGT mostró su preocupación por 1a política errática" del Gobierno que "no sabe a dónde va". En concreto recordó las distintas cifras sobre creación de empleo dadas por el ministro Solchaga. Redondo lo compara con un padre que diga: "Tengo cuatro o tres hijos"; pero las críticas las hace extensivas a todos los responsables de su partido y del Gobierno. "Hablan de planteamientos liberales y socialdemócratas dentro del PSOE", añadió, "pero en la política que hacen es difícil percibir diferencias".

El líder de UGT sugirió al Gobierno que se siente "con cierto sosiego, cosa difícil, para analizar una política económica que crea menos empleo y no elimina las desigualdades; que haga una autocrítica y cambie esa política económica".

El proyecto de presupuestos para 1992 le parece regresivo, porque recorta el gasto de infraestructuras y no prevé una política industrial, lo que a juicio de Redondo es "todo lo contrario a lo que este país necesita para mejorar la competitividad". "Si estos ministros fueran directores de banco", dijo, "me costaría invertir una sola peseta en ese banco".

El aumento de los gastos sociales no le parece suficiente, ya que una parte importante de ese incremento se debe a las nuevas pensiones no contributivas y a la rotación de trabajadores eventuales en los mismos empleos que ha disparado el gasto en cobertura del desempleo. Una eventualidad que en el caso concreto de la hostelería y el turismo Redondo califica de "total desregulación, fraude y verdadera explotación". La federación del sector ha elaborado un proyecto de acuerdo marco que quiere negociar con la patronal para regular las relaciones laborales.