_
_
_
_

El declive industrial

Asturias presenta todas las características de una región de tradición industrial en declive. Lo que en su día fue origen de riqueza y prosperidad, es hoy sinónimo de desmantelamiento y cierre. Los yacimientos de carbón fueron los principales impulsores desde finales del siglo pasado de la creación de la industria siderúrgica naval y de armamento, sectores básicos que, en gran medida, han ido a parar, desde que entraron en dificultades, a manos de capital público y, principalmente, al Instituto Nacional de Industria (INI).No ha habido desde entonces diversificación; ni siquiera intentos de ella. Asturias ha permanecido aletargada bajo el manto protector del Estado, al que se le pide ahora que busque soluciones de futuro.

Más información
González interviene en la crisis de Asturias y pide paz social para atraer inversiones

La región lleva 20 años a la baja en todos los ratios económicos. Sólo en los últimos ejercicios palrece haber un ligero repunte que ahora amenaza con quebrarse radicalmente si se confiríng la segunda reconversión que afectará a las grandes industrias y también al campo (leche, carne y agricultura de montañal todas ellas muy poco competitivas en Europa).

A esto hay que añadir los graves problemas de infraestructuras, propios de una orografia muy accidentada, y que, geográficamente, el Principado asturiano está lejos del gran eje del desarrollo español: valle del Ebro, Mediterráneo, Madirid, Sevilla.

Los grandes retos son ahora mismo las dos industrias pirincipales de la región, Hunosa y Ensidesa, ambas íntegramente del INI. La primera, Hulleras del Norte (Hunosa), se enfrénta por primera vez a un plan que reduce sus dimensiones drásticamente. El Gobierno necesita presentar ese plan en Bruselas para que la Comisión autorice las subvenciones a la empresa. Si no hay plan, el ministro de Industria ha advertido con la posibilidad de la quiebra, puesto que el INI no puede aportar los más de 60.000 millones de pesetas anuales que concede el Estado.

Las reducciones

El plan, presentado en julio pasado, prevé el aumento de la producción y la productividad, el cierre de nueve explotaciones y la reducción por medio de jubilaciones anticipadas de casi 6.000 trabajadores, un tercio de la plantilla, hasta 1993. Los sindicatos sólo aceptarían ese recorte del empleo si hay compromisos reales de reindustrialización y de creación de nuevos puestos de trabajo.La segunda, Ensidesa, ha pasado ya una reconversión, que ha reducido muy sensiblemente su plantilla, pero las pérdidas se han disparado de nuevo y se calcula que pueden ser de 30.000 millones este ejercicio. La empresa ha planteado un expediente de regulación de empleo temporal, junto con otras medidas financieras, que afecta a casi 4.000 trabajadores y que ha sido rechazado de plano por los sindicatos. Ese es el aperitivo de un nuevo plan de viabilidad que presumiblemente comenzará a discutirse a finales de este año o principios del próximo, en el que no serían de extrañar nuevos recortes importantes del empleo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_