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12 repúblicas de la URSS, y Letonia preparan su integración económica

Dirigentes de 12 repúblicas soviéticas, más Letonia y representantes del poder central de Moscú, se reunieron ayer en Almá Atá (Kazajstán) para discutir el acuerdo económico interrepublicano que se desea firmar la próxima semana. A pesar de las serias diferencias que aún persisten, las 12 repúblicas soviéticas se mostraron dispuestas a formar una comunidad económica con diferentes grados de integración, como propone el economista Grigori Yavlinski.

"El proceso de total separación, fatal para nuestros pueblos, puede ser detenido si en el primer plano ponemos las necesidades y los intereses, de nuestros pueblos -y no las pasiones políticas- y utilizamos la diversidad de lazos económicos que hemos elaborado durante decenios", dijo el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáiev, al inaugurar la reunión.Como quedó claro en la semana de discusiones de expertos en Moscú que precedió a esta reunión de Almá Atá, había ocho repúblicas que tenían serias intenciones de formar parte de la comunidad económica como miembros plenos: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Turkmenistán. Ucrania, en cambio, desea ser un miembro asociado y tener, según el periódico progresista NezavisímayaOmonm, "el mínimo de obligaciones" ante la comunidad, a la que "ve sólo como una fuente de petróleo, gas, madera y algodón baratos". Uzbekistán es otro de los reacios, pero por razones completamente diferentes: lo que les preocupa a sus dirigentes es conservar la situación política en la república, y, como dice el citado periódico, "cualquier unión estrecha disminuye el grado de cerramiento de la sociedad uzbeka". En cuanto a Moldavia y Georgia, no les inquieta mucho el problema, pues los confictos interiores de estas repúblicas, que desean la total independencia, no les permiten definirse ante la idea de una unión económica.

Las ocho repúblicas que formarán el núcleo de esta futura comunidacl habían logrado mantener las ideas fundamentales del programa de Yavlinski, quien, junto con el jefe del Gobierno de la URSS, Iván Siláiev, se encuentra en Almá Atá en representación del poder central. Concretamente decidieron cear una zona monetaria única, en la que circulará sólo el rublo. Las monedas nacionales se permiten sólo en el marco del sistema monetario común, es decir, serán rublos, pero ,con el adjetivo correspondiente -ruso, turkmeno, etcétera-, y su circulación será controlada por el Banco de Einmisión de la Unión.

Al mismo tiempo, se acordaron medidas muy severas para los que no se adhieran a la comunidad. Se dan tres meses para definirse, y, si en este plazo no se recibe respuesta alguna, todas las relaciones económicas con las repúblicas en cuestión pasan a realizarse de acuerdo con los precios mundiales y según las reglas internacionales.

A pesar de las diferencias y reticencias, Siláiev aseguró al fin de la reunión de ayer que las 12 repúblicas, soviéticas habían deelarado su intención de firmar el acuerdo económico. Rusia, Bielorrusia y Kazajstán están dispuestas a hacerlo ahora mismo, mientras que Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán, Ucranía y Uzbekistán para el 15 de octubre. El primer ministro de Letonia, Ivars Godmanis, que no firmó el comunicado de ayer, declaró que su país estaría dispuesto a integrarse como miembro asociado de la futura comunidad.

Aunque Ucrania sí firmó el comunicado, el vicepresidente del Parlamento de esa república, Vladímir Griniov, advirtió que no está seguro de que los diputados ratifiquen el documento.

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