La mayoría de los Doce rechaza el proyecto holandés de unión política de la CE
La mayoría de los ministros de Asuntos Exteriores de la CE rechazaron ayer en Bruselas el proyecto holandés de unión política y pidieron la vuelta a la anterior propuesta luxemburguesa "como base para las negociaciones". Este nuevo paso atrás de los Doce se produce cuando sólo faltan 10 semanas para la aprobación del tratado de unión política, junto al de unión monetaria, en la cumbre de Maastrich. Los jefes de Estado y de Gobierno están comprometidos a alcanzar un acuerdo el 10 de diciembre, pero los temas de fondo de la unión política siguen sin negociar.
El ministro holandés de Exteriores, Hans van den Broek, admitió al término de la reunión que la propuesta de unión política presentada por Luxemburgo "será la base de los trabajos", aunque defendió el proyecto de Holanda como instrumento para presentar enmiendas.La primera reunión ministerial de la conferencia intergubernamental sobre unión política después de dos meses de intervalo se tradujo en una desautorización de las gestiones de la presidencia de la CE, lo cual coloca a Holanda en una difícil situación política. Las críticas generalizadas se volverán a repetir hoy en la reunión interinstitucional (Parlamento Europeo, Comisión y Consejo de Ministros).
Para el presidente de la Eurocámara, Enrique Barón, aunque la estructura que propone Holanda "es más equilibrada, el contenido es insuficiente". "Ni siquiera el poder de rechazo de algunas leyes comunitarias nos satisface porque está concebido en negativo y, además, la codecisión debería extenderse a todos los temas en los que la CE decide por mayoría", añadió.
Un frente de siete países rechazó de plano el modelo jurídico de tratado unitario planteado por los holandeses y se inclinó por los tres pilares separados (reforzamiento de las competencias de la CE, política exterior y de seguridad común, y cooperación en materia judicial y de política interior) concebidos por Luxemburgo. Tan sólo Alemania, España y, con reparos, Francia aceptaban el texto holandés como base para negociar.
Para el resto, ese modelo unitario plantea problemas a la hora de presentar ante sus par lamentos nacionales "la cesión de soberanía" a la Comunidad El más opuesto a esta concepción es el Reino Unido, que además contempla satisfecho la posibilidad de retrasar la reforma. "Gran Bretaña quiere el éxito en la cumbre de Maastrich, pero no a cualquier precio; el texto holandés introduce conplicaciones" manifestó Douglas Hurd.
El francés Roland Dumas fue aún más preciso. "La propuesta holandesa es un paso atrás en política exterior y de seguridad común", dijo, "pero el proyecto luxemburgués es más flexible para que el Reino Unido pueda hacer concesiones". La mayoría se agarró al acuerdo de la cumbre de Luxemburgo el pasado 29 de junio de considerar la propuesta presentada entonces, calificada de insuficiente, como "base para los trabajos futuros".
España no hizo cuestión de principio de un problema formal y que enzarza a los Doce en una discusión puramente metodológica, que robará tiempo para poder profundizar en los grandes temas por resolver. Sin embargo, el ministro Francisco Fernández Ordóñez señaló que "después del debate de hoy no sé si Holanda será capaz de mantener su proyecto". Los ministros de Exteriores de la CE dedicarán el próximo fin de semana a intentar desbloquear la unión política.
Delors se quedó solo
El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, se quedó sólo a la hora de defender la concepción holandesa y criticó la incoherencia de los Doce". En la reciente gira de capitales, explicó, "ocho países se mostraron a favor de una estructura unitaria del trata" do, uno matenía dudas y tres se manifestaron en contra".El origen de la polémica se resume en un debate de meses entre los Doce sobre si el futuro tratado de unión política. debe ser jurídicamente "un árbol con rama" (propuesta de Holanda) o "un partenón común con tres pilares diferenciados" (modelo de Luxemburgo). Esta última fórmula parece dejar más segregada de la CE la política exterior y la cooperación policial y Judicial, prácticamente reducidas a una cooperación entre los Gobiernos.
Los dos proyectos se parecen como gotas de agua en más de un 80%. El luxemburgués va un poco más allá en las iniciativas comunes de política exterior y se quedaba más corto en el poder de veto de algunas, leyes comunitarias que Holanda quiere conceder al Parlamento Europeo.
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