La CE permite a España aumentar un 40% sus emisiones contaminantes

La Comisión Europea acordó ayer en Bruselas autorizar a los países con niveles de contaminación inferiores a la media el aumento de sus emisiones de dióxido de carbono, para no bloquear sus procesos de desarrollo energético. La decisión permite a España incrementar un 40% el total de C02 emitido a la atmósfera, porcentaje exigido por el Gobierno para no limitar el Plan Energético Nacional (PEN).

El tema más candente de la reunión, la imposición de una tasa a las industrias más contaminantes, no prosperó. Los autores de la propuesta, los comisarios Antonio Cardoso y Carlo Ripa, responsables, respectivamente, de Energía y Medio Ambiente, defendían gravar con 10 dólares por el equivalente a cada barril de petróleo consumido a los sectores más contaminantes. En 1993 el gravamen sería de tres dólares, pero se incrementaría en un dólar cada año hasta final de siglo. En su opinión, una medida de este tipo es la única capaz de controlar la contaminación y hacer cumplir las medidas de ahorro y eficiencia energética.La propuesta contemplaba deducciones equivalentes a las industrias más ecológicas para no aumentar la presión fiscal. Incluía también exoneraciones para los sectores de consumo intensivo de energía y que sufren a la vez una fuerte competencia internacional, como la siderurgia, metalurgia, química, cemento, cristal y papel. Sin embargo, la mayoría de la comisión consideró que una medida de este tipo dañaría gravemente la competitividad. La CE emite la mitad de dióxido de carbono por habitante que EE UU y es responsable del 12,9% de la contaminación mundial, frente al 23% estadounidense o el 25% que suman la URSS y países del Este.

La propuesta de la Comisión Europea es someter al Consejo de Ministros de la CE la decisión sobre si la estrategia de la tasa ecológica "debe ser desarrollada ahora y trasladada en propuestas específicas". La idea predominante es que debe ser un arma de negociación para obtener de otros países compromisos similares.

El debate sobre el "reparto de la carga" anticontaminante entre los Doce es consecuencia del acuerdo alcanzado el 29 de octubre para estabilizar en el año 2000 el nivel global de emisiones de dióxido de carbono alcanzado en 1990. Ello significa que no podrá superarse la cifra de 717,2 millones de toneladas de C02 registrada en el pasado año.

No frenar el PEN

España, con 55 millones de toneladas, tiene la segunda tasa más baja de contaminación atmosférica por habitante, sólo mejorada por Portugal. En términos relativos, Luxemburgo contamina cinco veces más y Alemania el triple.

La propuesta inicial de la comisión era imponer una reducción del 5% a Alemania, Dinamarca y los países del Benelux. Francia, Italia y el Reino Unido quedarían como están, mientras que Portugal podría aumentar sus emisiones en un 25%, y España, Grecia e Irlanda, en un 15%. Ese margen daría a nuestro país la posibilidad de aumentar las emisiones de C02 de 55 millones a 63,2 millones de toneladas, pero dejaría el plan de expansión energética previsto en el PEN muy amputado.

Al final se impuso la tesis española de que las reducciones voluntarias anunciadas por Alemania y Dinamarca (entre el 20% y el 25%) deja suficiente margen para atender las necesidades de desarrollo de los países del sur de la CE e incluso permite recortar la emisión global de 718 millones a 700 millones de toneladas. España podrá, pues, aumentar un 40% sus emisiones atmosféricas y la CE limitará su papel a "una supervisión suave" para que se cumpla el objetivo general marcado.