Todo tranquilo

No se llegó a llenar el Estadio Olímpico de Barcelona pero la despedida de conciertos al aire libre no pudo ser más exitosa. Unas 45.000 personas se congregaron para presenciar un espectáculo que se rigió por el más estricto de los respetos al público, que vio cómo los horarios se cumplían a raja tabla y cómo la organización disponía la valla sueca a fin de garantizar la mayor seguridad y comodidad posible.El encuentro metálico discurrió musicalmente por los derroteros que podían imaginarse de antemano, y la sesión apenas deparó sorpresas destacables. En realidad, el festival tuvo dos partes bien diferenciadas: una primera introductoria con las actuaciones de Legion y Tesla, y una segunda ya apoteósica con Metallica y AC / DC.

Los dos primeros grupos actuaron con luz diurna y sin utilizar toda la potencia del equipo de sonido. Legion contó con el significativo apoyo de una parte del público que conocía el repertorio de la banda, aunque su paso por escena fue poco menos que anecdótico, pues al cabo de media hora ya estaban recogiendo sus bártulos.

De Tesla se podían esperar bastantes cosas habida cuenta de la fuerza de su penúltimo y peculiar disco acústico. Sin embargo, el grupo norteamericano, con un look glamouroso que combinaba llamativos colores y ropajes ajustados, sólo fue capaz de ofrecer un repertorio de heavi-AOR made in USA. En definitiva, la música que un papá con ganas de hacerse el progre le regalaría a su hijo, sabedor de que en el fondo no le ofrece nada peligroso ni radical.

Grandes ovaciones

La recta final del concierto comenzó entonces, cuando el público ya decidió entregarse a los acordes que salían del escenario. Metallica fue recibido con grandes ovaciones, y en su hora larga de actuación contó con el apoyo total de la nutrida concurrencia.

Combinando una sección de ritmo en tempo de rock pesado, con unos guitarrazos con tendencia a acelerarse, el grupo mostró ese curioso conglomerado estilístico que le ha hecho popular. Teniendo en las baladas su punto débil, sonaba a tópica cancioncilla compuesta para demostrar que se tienen sentimientos, el grupo realizó una actuación compacta y entretenida, en la que los mejores momentos tomaron cuerpo entorno al paroxismo decibélico que la banda exhibió puntualmente.

Pasados 20 minutos de las 10 de la noche les llegó el turno a los reyes del mambo. Claro que éstos no tocan canciones de amor, sino que montan un circo en el que muestran a partes iguales retazos de humor, intensos riffs de guitarra y una voz que parece surgir como respuesta al apretujón de una parte sensible. O sea, que AC / DC vienen repitiendo desde hace tiempo los mismos tics que les han hecho famosos. Lo de siempre. La lástima es que estos trucos estén tan sobreutilizados, porque una parte importante del tiempo de la actuación estuvo destinada a solos innecesarios, carreritas de Angus Young, y recursos tan fáciles como un streeptease vergonzante que acabó mostrando un calzoncillo con una bandera española.

Es cierto que a los AC / DC se les pueden perdonar muchas cosas y que representan una visión gamberra y entrañable del rock duro que se oponen a las exhibiciones de cueros, molinetes con la melena y monstruos de variada calaña habituales en otras bandas. Ahora bien, no estaría de más que esta mítica banda diese menos concesiones a las obviedades, y más a la energía de la música que les encumbró.