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Marguerite Duras desafía el tabú de la repetición con 'El amante de la China del norte'

La nueva versión de 'El amante' se publicará en España a finales de octubre

El amante de la China del norte es una novela insólita. Se trata de la misma historia que ya nos contara Marguerite Duras en El amante, premio Goncourt de 1984 y auténtico best seller mundial, más de 1,6 millones de ejemplares vendidos sólo en Francia. En España se han vendido 250.000 ejemplares. El amante de la China del Norte se publicará en España a finales de octubre (Tusquets) y ha sido traducida por la propia editora, Beatriz de Moura, que regresa así a la traducción después de muchísimos años. "Me llegó el original este verano y me entusiasmó tanto que decidí traducirla. Me animé a ello porque me encantó. Fue una de las maneras más agradables de pasar unas vacaciones de lluvia", manifestó De Moura.

El tópico -y buena parte de verdad hay en ello- quiere que los escritores lo sean de un solo libro que se disfraza bajo la forma de distintos volúmenes que no son otra cosa que variaciones sobre un mismo tema, precisiones sobre un único mundo. De vez en cuando esa idea toma cuerpo de manera explícita: Flaubert escribió dos veces L'education sentimentale, pero una es muy distinta de la otra, una auténtica superación, de manera que la segunda convierte a la primera en mero borrador, hasta el punto de hacerla desaparecer de la historia de la literatura y convertirla en materia sólo para especialistas.Entre los dos Amantes de Duras existe una relación que nunca se había dado públicamente en la obra de un autor: el segundo libro existe por razones estrictamente literarias, para desafiar el tabú de la repetición, porque la escritora desea transgredir esa norma no escrita que prohibe que ese mismo libro del que hablábamos antes realmente sea el mismo, con las pequeñas variaciones de un estilo que se complace precisamente en la repetición, en ir descosiendo las costuras de las frases y del sentido, en convertirse en un texto de apariencia errática y distraída.

Amor escandaloso

Anne-Marie Stretter, el sombrero de fieltro rosa, los zapatos de lamé dorado -ahora de lamé negro-, la madre enloquecida levantando su dique contra el océano, víctima de una estafa, los nombres mágicos: Chander nagor, Manchuria, los gritos de la mendiga, el vals desesperado... Todo ese universo reaparece convocado por la pluma de Marguerite Duras y cobra vida de nuevo por ese deseo de sentir otra vez ese amor escandaloso. Duras quería imaginar y revivir su pasión de niña, su aventura terrible de escolar blanca y pobre, de 14 años, con un amante chino, millonario, de 27.

Los recuerdos de amor o de pasión son el motor de la escritura -"ser escritor es insostenible porque la vida está en otra parte. ¿Por qué empeñarse en ese doble de la vida que es la escritura?", le preguntaba Duras a Bernard Pivot-, de un motor que utiliza como combustible el deseo de venganza: "De entrada, se escribe para vengarse. Todo el mundo lo hace, aunque luego haya un proceso detrás que te aleja de ese objetivo. Pero el móvil más poderoso y habitual para escribir es el arreglo de cuentas", confesó la novelistá a las cámaras del programa literario de Bernard Rap.

El amante puede leerse, pues, como el resultado de la ira de Duras contra su madre y contra su pasado, como esas ganas insostenibles de sacar a la luz unos trapos sucios. El segundo Amante, el de La China del norte, prueba que ese dolor sobrevivió al tiempo, ¿pero el primer libro no cicatrizó la herida, no agotó el deseo de venganza? El segundo Amante responde a una convocatoria distinta, aunque tenga en común con el anterior esa necesidad de servirse de la escritura, ese "doble de la vida", para volver a sentir y recordar el placer y el amor,

Ahora Marguerite Duras ya no tiene a su madre y su pasado como enemigos. En las entrevistas asegura que su madre nunca la amó, pero eso ya no la preocupa. Ahora el ajuste de cuentas de Duras tiene como objetivo "el cine de los millones, esos señores para los que hice tres guiones de El amante".

El realizador francés Jean-Jacques Annaud está acabando de montar su adaptación de la novela El amante, una adaptación que sin duda no es del agrado de Marguerite Duras. Ha costado 150 millones de francos (casi 3.000 millones de pesetas) y la versión original es en inglés. Contra esa película, contra la imagen de El amante, que va a difundirse mundialmente, es contra lo que se ha escrito El amante de la China del norte, un libro cuyo primer título era Le cinema de 'L'amant'.

A Marguerite Duras el éxito le ha llegado siempre por error: el escándalo del sexo le pudo a la tristeza y a la rabia vengativa y convirtió un libro minoritario en best seller. Con su película India song ocurrió algo parecido, sólo que entonces fue la moda retro y la música de Carlos de Alessio los elementos que propiciaron un equívoco que nunca más se repitió.

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