Un experto piloto para un prometedor galeón

El nombramiento de Nicolás Sánchez-Albornoz para la dirección del Instituto Cervantes será acogido con entusiasmo por todos sus colegas universitarlos de las dos márgenes del Atlántico. Él conoce su oficio que requiere no sólo el saber técnico adecuado sino también dos cualidades personales indispensables en todo capitán de hombres a quienes esperan arduas tareas: tacto y firmeza. Añadiría que España es también muy afortunada en poder contar actualmente con la capacidad diplomática de quien conoce a fondo las dos Américas, la hispanohablante la otra. Este aspecto es particularmente importante -es mas diría que crucial- en una hora de la historia universal de patente conflictividad lingüística y por supuesto social.Mas ante todo, como recordaba un gran historiador español del Siglo de Oro, toda gran empresa no puede fundarse en las buenas intenciones del capitán: se necesita "mucho aparejo". Y Nicolás Sánchez-Albornoz ha demostrado que lo tiene con todos sus trabajos profesionales. Es uno de los primeros expertos del mundo en la historia demográfica de América Latina.

No es ocioso recordar además que Nicolás Sánchez-Albornoz fue prisionero del caudillismo y su fuga con otro compañero es ya materia de versiones legendarias. Y si menciono este dato no lo es para señalar sus méritos antidictatoriales, sino para señalar lo que constituye un valioso factor en su formación profesional haber vivido la historia misma en compañía de los valientes y humildes luchadores.

El tuvo esa experiencia pero no la ha "explotado" nunca, como tampoco ha explotado su apellido para obtener prebendas. Ha tenido siempre la delicadeza Intelectual de apartarse de las polémicas en que se vio envuelto su padre, Claudio Sánchez-Albornoz.

Conviene también recalcar que Nicolás Sánchez-Albornoz se ha destacado como historiador económico de la España del siglo XIX. Es pues, persona que es admirada por sus colegas profesionales en esta Península tanto como en las dos Américas. Un nombramiento en suma, el suyo, que honra al Gobierno español y sin duda alguna recibirá el beneplácito de "los americanistas" del mundo entero. Debemos desearle suerte en el manejo del galeón Cervantes. Con serenidad bastante y con pericia cuenta ya el piloto.