Mario Conde considera urgente un cambio del modelo diseñado por Carlos Solchaga
EL PAÍS, "Es necesario un giro en el modelo económico seguido en nuestro país". Con esta frase, el presidente del Banco Español de Crédito (Banesto), Mario Conde, criticaba ayer, una vez más, la política económica de Gobierno en un discurso en el que resaltó los escasos resultados registrados en la moderación de la inflación y la persistencia de los déficit público y comercial. A juicio de Conde, el ajuste para controlar la inflación está recayendo en los sectores más dinámicos de la economía, y, en consecuencia, comprometiendo el crecimiento futuro.
El presidente de Banesto, tras decir que la política económica actual está desindustrializando el país, pidió mayor flexibilización del mercado de trabajo, control del gasto público, una política fiscal realista, llevar la peseta "al tipo de cambio que se corresponde con la realidad del país", moderación salarial, infraestructuras y el diseño de una política industrial.Mario Conde ha aprovechado de nuevo las Jornadas que su banco organiza anualmente en Estepona (Málaga) para dar un repaso a la política económica desarrollada por el equipo de Solchaga y pedir en cambio de modelo. Tras repasar el contexto internacional y los datos más Importantes sobre inflación, gasto público y déficit comercial, fundamentalmente, el presidente de Banesto concluye que "se imponen medidas estabilizadoras para intentar reconducir los desequilibrios existentes".
"El modelo actual de política económica no puede prolongarse más, porque no es, sostenible en el largo plazo y porque sus consecuencias sobre la. economía general, y la industria y el sector exportador en particular, son claramente evidentes". "Quienes creemos que es necesario potenciar a la sociedad civil", dijo, "que nadie tenga el monopolio dogmático de la verdad, que existen voces distintas sobre temas básicos, tenernos no sólo el derecho, sino la obligación de expresar nuestras opiniones".
Mario Conde insistió varias veces durante su intervención en que ya hace un año mantuvo los mismos planteamientos ante unos desequilibrios estructurales "que se han acentuado claramente". "Además", añadió, "los temores que nosotros expresábamos hace un año, hoy se comparten por muchos otros. Incluso el Banco de España", en su último informe. "Esto es significativo puesto que dicha institución parece haber tenido un papel de inspirador de la política económica seguida en estos años, aunque es lógico excluirla de la responsabilidad en materia de política fiscal".
Rigor fiscal
Para el presidente de Banesto, el problema reside en que se ha utilizado la política monetaria como instrumento clave en la lucha contra la inflación, sin que haya habido rigor en la política fiscal, por lo que no se ha conseguido, ni disciplinar el gasto público, ni rebajar de manera significativa la inflación en el sector servicios.
"La contención del gasto", dijo Conde, "se concentra en el componente privado, y de éste, en el más volátil; es decir, en la inversión de bienes de equipo". Pero, "aún más alarmante es señalar que en tanto el crecimiento del gasto en la Administración Central acompaña el crecimiento del producto interior bruto, el gasto de las administraciones territoriales y, en particular, de las comunidades autónomas, aparece desbordado".
Según Conde, en la administración territorial "parece que se está imponiendo una cultura de competencia en la velocidad del gasto, con independencia de los recursos disponibles, y apelando a un endeudamiento creciente".
Ante ello, le parece lógico que Economía haya introducido recortes presupuestarios, "pero más lógico es abordar un programa serio de racionalización del gasto público que incluya a la Administración pública, a las empresas públicas deficitarias y la liberalización o privatización de los servicios públicos". Critica, además, el recorte de inversiones en infraestructuras básicas "porque incide de modo directo en la competitividad."Conde sostiene que no es posible mantener indefinidamente una inflación mayor que la CEy, a la vez económica está contribuyendo a la desindustrialización del país. "Es posible que sea cierto", dice, "el principio de que la mejor política industrial es que no existe. Pero, desde luego no en momentos como el actual Renunciar a definir el modelo del país en cuanto a tejido industria se refiere, es algo que arrastrar sus consecuencias a largo plazo"tor servicios, o algo tiene- que suceder". Reconoce que el fracasado plan de competitividad suponía un giro en la política económica, pero niega que sean los niveles salariales en España los únicos responsables de la pérdida de competitividad.
En su discurso mantiene que la política económica está contribuyendo a la desindustrialización del país. "Es posible que sea cierto", dice, "el principio de que la mejor política industrial es la que no existe. Pero, desde luego, no en momentos como el actual. Renunciar a definir el modelo de país en cuanto a tejido industrial se refiere, es algo que arrastrará sus consecuencias a largo plazo".
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