Los guerrilleros armenios liberan a tres de sus rehenes soviéticos
Los guerrilleros armenios liberaron ayer a tres soldados en la aldea de Aterk, en el enclave de Nagorni Karabaj, pero aún tienen a 38 rehenes que exigen canjear por su jefe, Zhora Petrosián, apodado Napoleón, que cayó en manos de las tropas del Ministerio del Interior de la URSS el martes.Los nacionalistas armenios capturaron ese mismo día a 41 soldados de las tropas de Interior con, ayuda de mujeres y niños, que salieron al camino y detuvieron los camiones en los que iban los militares. Estas mujeres han enviado sendos telegramas al líder soviético, Mijaíl Gorbachov, y al presidente de Rusia, Borís Yeltsin, amenazando con hacer estallar explosivos que acaben con lavida de ellas y de los rehenes si las tropas tratan de liberarlos por la fuerza.
El mando militar, después de consultar con el Ministerio del Interior de la URSS y el KGB, se negó a canjear los rehenes por Petroslán y otros 15 presos arnienlos. En Stepanokert, capital de Nagorni Karabaj, continúan las conversaciones entre militares y armemos. El diputado Vazguén Sarkisián, presidente del Consejo de Defensa armenio, está haciendo de mediador. Las negociaciones son muy acoloradas y, según la agencia Tass, a veces se reducen a "ultimatos rriutuos y declaraciones bruscas".
La pugna Gorbachov-Pávlov
Entire tanto, Rossiískaya Gazeta el órgano del Parlamento de Rusia, publicó ayer un artículo sobre el enfrentamiento de Gorbachov con su primer ministro, Valentín Pávlov. Estos dirigentes tienen distintos programas políticos yeconómicos, y son apoyados por fuerzas antagónicas. Gorbachov cuenta con el apoyo de las nueve repúblicas que están dispuestas a firmar el Tratado de la Unión, que transformará a la URSS, mientras que Pávlov tiene detrás a la jefatura del Ministerio de Defensa y del KGB, amén de los sectores conservardores del partido comunista.Rossiískaya Gazeta interpreta el últirrio decreto de Gorbachov, que crea el Fondo del Patrimonio Estatal, como un paso más en la lucha entre éste y Pávlov, que se hizo pública en junio, cuando el primer ministro pidió al Parlamento que le concediera una parte sustancial de las facultades extraordinarias que el cuerpo legislativo había dado anteriormente al presidente. El Fondo del Patrimonio Estatal es el organismo que tendrá a su cargo el proceso de privatización de los bienes estatales y, según el decreto, todas la propiedades federales, incluidas las acciones, pasan a él.
"Es difícil sobreestimar la importancia de este decreto en Ia guerra intestina entre el presidente y el primer ministro. El Fondo responde por sus actividades sólo ante el presidente y el Parlamento. Su jefe lo designa el presidente y de él no forma parte el Gobierno. Es decir, éste pierde el control sobre la propiedad y queda sin fuerzas para conservar las antiguas estructuras", explica el artículo.
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