Césped en Madrid
Las consecuencias del recién terminado problema político-laboral que ha afectado a los jardines y espacios con plantación de Madrid pueden ser calificadas de graves sin la menor exageración.Aproximadamente, durante 15 largos y calurosos días no se ha regado en esta ciudad. Es inútil recordar el calor extremo que hemos soportado los ciudadanos durante estos días, sin paliativos para las plantas, organismos vivos, es conveniente recordarlo, y, por tanto, dependientes según el mayor o menor grado de artificiosidad con que estén utilizados.
Sin dejar de reconocer la complejidad de estos problemas, sólo querríamos sugerir los puntos siguientes:
1. Que se considere la conveniencia de tener previstas soluciones para que consecuencias de este carácter no repercutan en la vida de las plantas, la salud de los ciudadanos, la estética de una capital de nación y las repercusiones presupuestarias, necesarias a posteriori.
2. Que se reconsidere, ante el resultado comprobado, lo inadecuado de cubrir, se podría decir, kilómetros cuadrados de encespedado, como si estuviésemos en un clima húmedo en vez de en uno mesetario.
3. Que se reconozca la diferencia de respuesta después de esta dura pero eficaz prueba entre el mimado césped -hoy, perdido- y la supervivencia casi total de los arbustos, tanto aislados como de las especies que conforman los setos.
Sería de utilidad recordarlo a la hora de reponer superficies urbanas con plantación, en atención a las razones económicas que, necesariamente, se tendrán que afrontar y los razonamientos estéticos más acordes a la esencia hispánica.-
presidenta del Instituto de Estudios de Jardinería y Arte Paisajista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.