La liberación de los rehenes occidentales, pendiente de que Israel deje salir a 350 presos árabes
Los carceleros musulmanes de los 11 rehenes occidentales en Líbano están a la espera de la respuesta de Israel para cerrar el capítulo de los secuestros. Sin embargo, el Gobierno israelí no parece dispuesto a cumplir con la demanda de liberar a unos 350 presos árabes, y todo el proceso parece en peligro con un nuevo secuestro en Beirut, el del francés Jérôme Leyraud. No se descarta que el incidente sea en realidad una estratagema para aumentar la presión sobre el Estado israelí.
"Estamos convencidos de que Jérôme ha sido secuestrado por que es un francés y no porque pertenezca a una organización humanitaria", declaró en París Alain Deloche, presidente de honor de la organización Médicos del Mundo, la cual era representada en Beirut por Leyraud.Tras cinco años de cautiverio, John McCarthy pasó ayer su segundo día de libertad descansando con su familia en una base de la fuerza aérea británica en el sur de Inglaterra. El periodista, de 34 años, liberado el jueves por la Yihad Islámica, esperaba la llegada del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, para entregarle una carta de sus secuestradores. [Pérez de Cuellar, que se entrevistará el domingo con McCarthy, se declaró ayer viernes "seguro" de la colaboración de Israel con sus esfuerzos para lograr la liberación de rehenes occidentales, informa Afp.]
El contenido exacto del rriensaje sigue siendo un misterio. Lo que resulta evidente es que los secuestradores han decidido llevar la cuestión de los rehenes y, sus demandas al más alto organismo internacional.
La única otra cosa que ernergía con claridad ayer en el complicado escenario beirutí era que la Yihad Islámica no va a dar el brazo a torcer. O Israel libera a los aproximadamente 350 libaneses y palestinos encerrados en la prisión de Al Jiam, en el sur del Líbano ocupado, o no sale ningún otro rehén. Los secutradores parecen seguros de la presión que podrían ejercer Washington y Londres sobre el Gobierno israelí.
En Londres, el viceministro de Exteriores, Douglas Hurd, volvió a exhortar a Israel a que libere a los prisioneros árabes. "Realmente parece que hay una posibilidad de ver la solución al problema de los rehenes. Continuaremos haciendo hincapié ante Israel de la importancia que asignamos a la liberación de todos los rehenes, del jeque Obeld y de los detenidos en el sur de Líbano", dijo.
De parte de Israel sólo hubo una reiteración de que el Estado israelí quiere contribuir a la solución del problema, aunque el Gobierno de Isaac Shamir no abriga muchas esperanzas.
Gesto de buena voluntad
Uri Lubrani, el veterano experto israelí para Líbano, declaró ayer que el Gobierno había "instado" hace siete meses a sus aliados de la milicia del Ejército del Sur de Líbano (ESL) a poner en libertad a 40 presos shiíes de Al Jiam como "gesto de buena voluntad" que no produjo resultados. Lubrani pronosticó que esta vez "no habrá otro gesto".Financiado, armado y entrenado por Israel, el ESL acata todas las órdenes de Israel. Su comandante, el brigadier general retirado Antoine Lahd, mantuvo ayer silencio, quizá para disimular su total obediencia a Israel, pero fuentes en Beirut dijeron a EL PAÍS que el ESL se estaba preparando para liberar algunos prisioneros. La posibilidad de un canje expuso otra vez las enormes complicaciones que se anteponen a la libertad de los 11 rehenes occidentales. Los israelíes insisten en que todo acuerdo debe incluir la liberación, o la devolución de los restos, de siete soldados capturados por guerrilleros libaneses en el sur de ese país. Por su parte, Lahd quiere que se libere primero a tres milicianos no identificados que, según dice, fueron capturados por combatientes libaneses que luchan contra la ocupación israelí en su país.
Un gesto que sin duda podría acelerar la liberación de por lo menos otro rehén -posiblemente un norteamericano- sería la liberación del jeque Abdel Karim Obeid, el dirigente shií de la aldea libanesa de Nabichit secuestrado por soldados israelíes en julio de 1989.
Pero Israel no ha dado señales de que piense liberar a Obeid, y Lubrani dejó entrever que Tel Aviv no va a cambiar de línea a pesar de la presión. "Nos hemos mantenido consistentemente fieles a nuestra posición", declaró a la BBC, y reiteró que Israel sólo liberará a los presos árabes si se devuelve a los presos israelíes o sus restos. "Con este fin hemos instado unilateralmente al general Lahd a poner en libertad a 40 prominentes prisioneros shiíes", dijo.
Nuevo bloqueo
La espera de un gesto capaz de desbloquear la situación tropezó, sin embargo, con el secuestro de Jérôme Leyraud, un francés de 26 años que trabajaba desde el pasado mayo como administrador del organismo humanitario Médicos del Mundo en Beirut. Leyraud desapareció de la capital libanesa horas después de la liberación de McCarthy. Una llamada telefónica a una agencia de noticias en Beirut dijo que Leyraud había sido secuestrado por la misteriosa Organización de Defensa de los Derechos de Prisioneros y Rehenes, que amenazó con matarlo si la Yihad Islámica liberaba a otro rehén.La amenaza y la existencia misma del grupo estaban anoche en el centro de las especulaciones más diversas. En algunos medios se afirma que el secuestro del francés fue organizado exclusivamente para advertir a Occidente que los secuestradores podrían reanudar su campaña contra los extranjeros en Líbano si Israel no libera a los prisioneros de Al Jiam, una de las cárceles donde, según ex prisioneros, se tortura a hombres y mujeres.
[Yasser Arafat declaró en una entrevista al semanario Al Foursane que el proyecto americano de una conferencia de paz sobre Oriente Próximo es "un compló israelí".]
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