Cerca del Jarama
Hay ratas, una suciedad inmensa, fogatas continuas que ponen en peligro los sembrados circundantes, perros enfermos y lisiados que cruzan cuando menos se espera, camiones-chatarra invadiendo la calzada, niños que juegan saliendo de entre las montafías de chatarra inesperadamente y un olor insoportable.Éste es el panorama tercermundista que nos despide y nos recibe cada vez que salimos y volvemos a nuestras casas desde la riada del río Jararna, en diciembre de 1989.
Este asentamiento provisional de gitanos se ha convertido, como tantas otras cosas en este país, en definitivo. El Ayuntamiento del Real Sitio de San Fernando de Henares, responsable del bienestar de estas personas, ha sido incapaz de solucionar este problema o no ha querido hacerlo, ya que las molestias y el enorme peligro que esto entraña, tanto para los asentados como para los que por allí circulamos, ni lo ven ni lo viven sus votantes. Los organismos responsables, sordos. Hasta que ocurra uria desgracia. Como siempre.-
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