40 años de la plaza Porticada de Santander recogidos en un libro
Ediciones Cícero publica la historia del Festival de Música
Plaza Porticada, 1952-1990, es el título de la historia del Festival Internacional de Santander (FIS) que acaba de publicar Ediciones Cícero, precisamente cuando el famoso recinto deja este verano y para siempre de ser el lugar en que, según el recientemente desaparecido Federico Sopeña, los afícionados siempre encontraban en agosto "la música buena, la bien hecha, la que necesitan".
La presentación tuvo lugar anoche en el Museo Municipal, donde Enrique Franco, editor, dijo ante el alcalde de Santander, Manuel Huerta y Oliva Pérez Arauna, directora de la editorial Cícero, en presencia de numerosos invitados: "Tiene este libro mucho de testimonio y no menos de evocación, pero escasas dosis de nostalgia. Las imágenes y los textos representan 40 años de vida santanderina vista desde un cierto ángulo, pero también la incitación a la nueva etapa que comienza conforme con el tiempo nuevo, que, entre otras cosas, ha devuelto a la Porticada su mero carácter entre público y administrativo".La obra, de la que se han editado 4.000 ejemplares, es sin duda algo más que una vasta y bella crónica sobre el enorme caudal de arte que tantos años derramaron sobre la Porticada y el perfil de sus protagonistas. Contiene, asimismo, una antología de las más hermosas cosas que sobre esta región, sus gentes, paisajes y monumentos escribieron Azorín, Menéndez Pelayo, Pereda, José María Cossío, Víctor de la Serna, Pérez Galdós y Lafuente Ferrari, y versos de Rafael Alberti, Gerardo Diego y Miguel de Unamuno.
El relato estricto de los últimos 40 años de la Porticada está dividido en tres épocas. El propio Enrique Franco, autor además de un trabajo de investigación sobre Cantabria en la música, evoca lo sucedido durante la última década; la periodista Emilia Levi analiza lo que llama "años de crisis y esperanza", un periodo comprendido entre 1966 y 1980. El creador de los festivales y su director durante muchos años, José Manuel Riancho, rememora la fase comprendida desde la fundación (1952) hasta que el festival adquiere el rango de la internacionalidad (1965). Trece años, pues, de la vida del FIS, nacido con un objetivo de difusión cultural y para cumplir ambiciosos objetivos didácticos.
Plaza Porticada, 1952-1990 es un exhaustivo informe de 370 páginas, ilustrado con fotografías evocadoras del paso por Santander de glorias ya. desaparecidas, como Ataúlfo Argenta y Arturo Rubinstein, así como la presencia, entre otros genios de la música que aquí se revelaron, de un Zubin Mehta que, a los 28 años, mostraba ya en Santander su prodigioso talento de director.
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