Un 'cicerone' de excepción
"Muy interesante. Es un sitio histórico", dijo el presidente estadounidense, George Bush, al pasar ayer por la mañana frente al mausoleo de la Plaza Roja donde reposan los restos de VIadimir llich Lenin, el fundador del Estado soviético. Bush se paseaba por el corazón de Moscú en compañía de su anfitrión, Mijaíl Gorbachov, que había querido enseñarle él mismo los principales lugares de interés en el Kremlin y sus inmediaciones.
Antes, al pasar junto a la estatua de Lenin, en el interior del recinto del Kremlin, al presidente norteamericano le sorprendieron las flores frescas depositadas al pie del monumento.
A pesar de que el presidente Bush despertó curiosidad entre los transeuntes y turistas que deambulaban por el centro, no puede decirse que se diera un "baño de multitudes" semejante a los que impregnan a Gorbachov cuando se lanza a la vía pública en Occidente o al mismo Bush cuando viaja por Europa del Este.
En Moscú, la actitud popular fue mucho más comedida. Un grupo de turistas soviéticos se incorporó al paseo de los dos líderes y uno de ellos pidió al presidente norteamericano que le permitiera hacerse una foto de recuerdo con ambos. "No hay inconveniente ", señaló Bush, que acribilló a Gorbachov con preguntas sobre fechas y detalles de cuanto veía en el Kremlin. El presidente soviético tuvo que aclararle a su colega que Krasnaia Ploshad (Plaza Roja) quiere decir también Plaza Bella, pues el adjetivo krasnaia en ruso antiguo puede traducirse también por bella.
Junto al edificio del Soviet Supremo, Gorbachov hizo que Bush se fijara en las dos banderas, una la de la URSS y la otra de la Federación Rusa, que ondeaban sobre el tejado, indicando que en en estos locales tiene sus aposentos el presidente Borís Yeltsin.
Por la tarde, los Bush, habían sido invitados a visitar el estudio del escultor georgiano Zurab Tsereteli, situado en un edificio venido a menos construído antes de la Revolución. Los vecinos de escalera del escultor, que se resisten a ser desalojados a la periferia de Moscú por el alcalde Gavril Popov, se pusieron muy contentos el lunes cuando vieron que les blanqueaban y reparaban el vetusto portal. Sin embargo, se desilusionaron al comprobar que la cosmética estaba destinada a Bush y acababa en el primer piso, donde tiene el estudio Tsereteli. Allí, Bush pudo ver la maqueta del monumento a Colón que el año que viene se instalará en Nueva York.
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