_
_
_
_
LAS SUPERPOTENCIAS DIALOGAN

Un 'cicerone' de excepción

Pilar Bonet

"Muy interesante. Es un sitio histórico", dijo el presidente estadounidense, George Bush, al pasar ayer por la mañana frente al mausoleo de la Plaza Roja donde reposan los restos de VIadimir llich Lenin, el fundador del Estado soviético. Bush se paseaba por el corazón de Moscú en compañía de su anfitrión, Mijaíl Gorbachov, que había querido enseñarle él mismo los principales lugares de interés en el Kremlin y sus inmediaciones.

Antes, al pasar junto a la estatua de Lenin, en el interior del recinto del Kremlin, al presidente norteamericano le sorprendieron las flores frescas depositadas al pie del monumento.

A pesar de que el presidente Bush despertó curiosidad entre los transeuntes y turistas que deambulaban por el centro, no puede decirse que se diera un "baño de multitudes" semejante a los que impregnan a Gorbachov cuando se lanza a la vía pública en Occidente o al mismo Bush cuando viaja por Europa del Este.

Más información
EE UU condiciona los acuerdos bilaterales con Rusia

En Moscú, la actitud popular fue mucho más comedida. Un grupo de turistas soviéticos se incorporó al paseo de los dos líderes y uno de ellos pidió al presidente norteamericano que le permitiera hacerse una foto de recuerdo con ambos. "No hay inconveniente ", señaló Bush, que acribilló a Gorbachov con preguntas sobre fechas y detalles de cuanto veía en el Kremlin. El presidente soviético tuvo que aclararle a su colega que Krasnaia Ploshad (Plaza Roja) quiere decir también Plaza Bella, pues el adjetivo krasnaia en ruso antiguo puede traducirse también por bella.

Junto al edificio del Soviet Supremo, Gorbachov hizo que Bush se fijara en las dos banderas, una la de la URSS y la otra de la Federación Rusa, que ondeaban sobre el tejado, indicando que en en estos locales tiene sus aposentos el presidente Borís Yeltsin.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Por la tarde, los Bush, habían sido invitados a visitar el estudio del escultor georgiano Zurab Tsereteli, situado en un edificio venido a menos construído antes de la Revolución. Los vecinos de escalera del escultor, que se resisten a ser desalojados a la periferia de Moscú por el alcalde Gavril Popov, se pusieron muy contentos el lunes cuando vieron que les blanqueaban y reparaban el vetusto portal. Sin embargo, se desilusionaron al comprobar que la cosmética estaba destinada a Bush y acababa en el primer piso, donde tiene el estudio Tsereteli. Allí, Bush pudo ver la maqueta del monumento a Colón que el año que viene se instalará en Nueva York.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_