Un coche bomba con 20 kilos de explosivo mata a un guardia civil y hiere a otro en Vizcaya

Un miembro de la Guardia Civil resultó muerto ayer en Getxo (Vizcaya) y otro gravemente herido, en el tercer atentado con coche bomba perpetrado presumiblemente por ETA en los últimos cuatro días. La organización terrorista ha desencadenado una escalada contra los miembros de los cuerpos de seguridad y sus familiares en vísperas de la visita de los Reyes al País Vasco, que tienen previsto viajar a Vizcaya y Guipúzcoa los próximos días 30 y 31.

El guardia Carlos Pérez Dacosta, de 22 años, resultó muerto al estallar un coche bomba en Las Arenas, en el municipio de Getxo, al paso de un coche particular ocupado por dos miembros del instituto armado. El atentado se produjo a las dos y media de la tarde en la confluencia de las calles Santa Ana y Amaya, casi en el límite del núcleo urbano. Los terroristas aparcaron el coche bomba, cargado con unos 20 kilos de explosivo y metralla, junto a una señal de stop donde el automóvil de los guardias civiles debía deneterse.La explosión pudo escucharse desde poblaciones próximas y alcanzó de lleno a Pérez Dacosta, que ocupaba el asiento junto al conductor. El otro guardia, Francisco Aguilera Granados, de 21 años, que conducía el vehículo, resultó gravemente herido. Francisco Aguilera Granados, de 21 años, que ayer fue operado en el hospital de la Seguridad Social de Cruces, en Baracaldo.

Pérez Dacosta, natural de Zamora, estaba destinado en el País Vasco desde el 1 de junio de 1990 y Aguilera, nacido en Córdoba, desde el 1 de noviembre del mismo año.

El vehículo empleado por los terroristas para ocultar el explosivo era un taxi de color marrón, matrícula de Bilbao 5500 BC, robado por dos personas a punta de pistola tres horas antes en la cercana localidad de Amorebieta. El propietario fue rescatado en el monte San Miguel, donde había sido abandonado atado a un árbol.

La escalada terrorista de ETA en los días precedentes a la visita de los reyes al País Vasco se ha saldado hasta ahora con un muerto, un herido de gravedad y 16 de menor consideración.

El jueves de madrugada, ETA intentó reproducir la matanza de Vic al hacer estallar un coche cargado de 60 kilos de amosal y metralla junto a la casa cuartel de Irún (Guipúzcoa), donde residen un centenar de guardias con sus familias.

Fotógrafo detenido

Cuatro guardias y 12 familiares sufrieron heridas leves en el atentado de Irún, alcanzados por la onda expansiva. Otro coche bomba estalló a las dos de la madrugada del sábado en el barrio de Amara, de San Sebastián, al paso de un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía. El blindaje del vehículo salvó la vida a sus ocupantes, que resultaron ilesos.

Por otra parte, la Ertzaintza (policía autonómica) detuvo ayer durante dos horas al colaborador gráfico de EL PAÍS Fernando Domingo Aldama, cuando cubría la información del atentado, y presentó una denuncia por desacato a la autoridad.

Al periodista le fue incautado todo el material fotográfico impresionado, según un portavoz de la Consejería de Interior porque "se trata de una prueba que debe permanecer a disposición judicial".

El fotógrafo fue detenido cuando se dirigía al domicilio de un familiar después de terminar su trabajo y acusado de haber violado el cordón de seguridad. Los ertzainas le pidieron la acreditación profesional, que no llevaba encima, aunque mostró su DNI.

Los policías le exigieron la entrega de todos los rollos fotográficos a lo que el periodista se negó. Uno de los ertzainas le arrebató un rollo de la mano y lo veló. Domingo Aldama quedó en libertad tras permanecer cal¡ dos horas en un calabozo de la comisaría. Los rollos fueron devueltos por la Ertzaintza a las siete de la tarde, tras gestiones del responsable de prensa de la Consejería de Interior. La comisaría de Getxo pretendía a cambio la firma de un recibo donde se decía que el fotógrafo estaba captando instantáneas de miembros de los cuerpos de seguridad, a lo que un representante del periódico se negó.