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Adam Michnik teme la balcanización de Europa central y la Unión Soviética

La subestimación de la crisis yugoslava por la comunidad internacional puede provocar la extensión de los conflictos hasta una balcanización global de Europa central y la URSS, advirtió ayer en Santander Adam Michrik dirigente histórico de la oposición al régimen comunista polaco, historiador y periodista.

Michnik y Gabor Demsky, el alcalde de Budapest, también largamente perseguido por el anterior régimen, coincidieron en que el nacionalismo y la xenofobia han llevado a toda la región de Europa central y oriental a una situación explosiva en la que Yugoslavia podría actuar como detonante.

"Yugoslavia es la advertencia de lo que puede pasar en toda la Europa poscomunista", manifestó Michinik en una intervención cargada de preocupación por la evolución política en toda Europa. Según dijo, hace pocos años la comunidad internacional tuvo la oportunidad, malograda, de prevenir la crisis yugoslava que "hoy ya no parece posible resolver sin sangre".

El historiador polaco señaló que la crisis yugoslava demuestra una profunda división asimismo en Europa occidental, donde "los cambios de acento de la política alemana suponen un cambio cualitativo" de gran importancia. Alemania se ha convertido en defensora de la secesión de Croacia y Eslovenia frente a las tesis unitaristas del Reino Unido y Francia.

Según Michnik, esta nueva postura alemana no supone el fin del orden de Yalta sino del orden de los acuerdos de Helsinki, y dejó entrever que este giro hace renacer el fantasma de posibles reclamaciones territoriales de Alemania frente a Polonia. Ante el fracaso de las gestiones comunitarias, Michnik propuso una mediación de Polonia, Checoslovaquia y Hungría en Yugoslavia, cuya crisis, según dijo entienden los europeos orientales "mejor que el ministro de asuntos exteriores de Luxemburgo".

Mictinik enumeró los conflictos que surgen con la crisis yugoslava, como las reclamaciones albanesas sobre territorios de Kosovo y Macedonia; el caso macedonio, que implica a Bulgaria y Grecia, y otros puntos conflictivos, como el de Moravia con Rumania, Transilvania entre Rumania y Hungría, toda la URSS y el caso de la minoría alemana en Silesia. "Después de la Europa de Yalta puede venir la de Sarajevo", dijo en referencia a la capital de Bosnia-Herzegovina, donde comenzó la I Guerra Mundial.

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Michnik, que el miércoles se mostró muy crítico hacia el presidente de su país, Lech Walesa, concluyó ayer su intervención en el curso sobre Europa central organizado por la Asociación de Periodistas Europeos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo con un apasionado llamamiento a toda la comunidad internacional a buscar nuevas fórmulas que hagan compatible el realismo con los derechos de autodeterminación y de minorías para impedir una catástrofe de enormes dimensiones en toda Europa central y oriental, incluida la URSS. "No es de extrañar la firmeza de la postura soviética en relación con Yugoslavia. En Ucrania viven 10 millones de rusos. Si se traslada allí esta crisis, el conflicto entre serbios y croatas parecerá un paseo".

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